Fotos: Ana González Combariza / EL TIEMPO
Hombres que disfrutan lucir como mujeres encuentran en TranxTienda un espacio de liberación.
Publicado en El Tiempo
El bullicio de la carrera 10.ª, en pleno centro de Bogotá, poco a poco
desaparece a medida que se escalan las rampas del Centro Comercial
Galaxentro, ubicado en la carrera 10.ª con 19. En el cuarto piso se oyen
voces y el sonido de un televisor dentro del único local abierto en la
zona. Allí, orgullosa del trabajo que desempeña todos los días, está Derly, dueña de TranxTienda y encargada de darle vida a esa feminidad escondida tras cada hombre que visita su boutique.
Derly asumió su feminidad por completo tras una extorsión, razón por la
cual debió contarle a su familia para detener el crimen. Su hija, desde que se enteró de la realidad de su padre, le dice Mapi, “por ser mamá y papá al tiempo”.
Luego conoció a Zahyra, su actual esposa, y con ella tiene un hijo de 3
años. Ambas atienden, maquillan y están al frente de la tienda.
Sus
facciones no son impedimento para que en este lugar, donde pueden dejar
de lado los señalamientos y los prejuicios, les permitan verse como les
gusta y como quieren: arreglar su cabello, pintar sus labios y lucir
ciertos accesorios que, en su cotidianidad, no pueden exhibir.
Una
vez al mes, Felicia, de 30 años, llega a TranxTienda para transformar
por completo su vestuario, maquillarse y sentirse como toda una mujer.
Su esposa, que es heterosexual, sabe dónde está y acepta que un día cada
30 vaya y disfrute con más personas que comparten sus mismos gustos. La familia de 'Felicia', sin embargo, no sabe que ella es en realidad ‘él’,
razón por la que decide no mostrar su rostro. “Cuando uso falda me
siento completa porque es la expresión máxima de feminidad. Además, me ha ayudado a entender lo que le pasa a mi esposa y a las demás mujeres a diario en la calle o en el transporte público”, dice.
Los
pantalones, las camisas y los zapatos dan paso a las faldas, las
pelucas, las uñas postizas, al labial y a los accesorios. El mundo de
los hombres al que se ciñen a diario hace una tregua y ellas salen a
flote. Para algunas es la oportunidad de, por fin, hacerlo con total
comodidad.
Algunas
clientas dan pequeños paseos en el centro de Bogotá o almuerzan en un
restaurante cercano vestidas tal y como salen de la tienda. No obstante,
hoy las chicas van a ir a un lugar en Chapinero que frecuentan
travestis. Por eso, la pinta debe ser pensada especialmente.
Algunas
de las prendas que ellas usan deben ser confeccionadas especialmente.
Derly explica que los zapatos, las faldas y las blusas tienen que
acondicionarse para ajustarse a los rasgos físicos masculinos. “Las tallas de zapatos son más grandes, la espalda más ancha y las caderas menos pronunciadas, así que es necesario que todo sea armonioso para que no se vean como si estuvieran disfrazados”, dice.
Las
visitantes de TranxTienda se consideran ‘cross-dressed’, una categoría
en la cual el único interés es el uso de prendas femeninas y no un gusto
sexual o sentimental hacia los hombres. Muchas clientas tienen esposas e hijos y no consideran que su gusto interfiera con su día a día.
A
‘Andrea’ no le gusta revelar su edad, ni mostrar sus manos ni su rostro
por sus facciones rudas y para evitar que terceros la reconozcan. Sin
embargo, su transformación es tal que bien podría ser la mamá, tía o esposa de cualquiera. Siendo ‘Andrea’ no habría por qué dudar de que es una mujer.
Estas
mujeres tienen las habilidades de la vanidad femenina a flor de piel.
Si bien no lo hacen a diario, manejan el maquillaje con bastante
destreza, también se pegan y pintan las uñas como si fuera parte de su
rutina.
‘Valeria’,
a diferencia de las chicas que estaban en la tienda, es bisexual y
asume su rol femenino cada fin de semana. Los otros días trabaja entre cemento y ladrillos en una construcción. Reconoce que en ese mundo “lo primordial es la seguridad”.
Salir
al convulsionado centro de Bogotá con tacones, falda y maquillaje
requiere valentía y seguridad. Dejar salir del clóset al travesti que se
viste de traje, overol y 'jeans' es, según Katherine “un momento de completa plenitud”.
La
TranxTienda no es una casa de belleza donde suelen prepararse las
transformistas para eventos y reinados, aquí, los travestis encuentran
un lugar para 'salir del clóset': pueden probarse ropa, comprar en la
boutique, mandar a confeccionar sus modelos y guardar todas sus
pertenencias de mujer, que usualmente no pueden tener en casa. Hay casilleros que se arriendan mes a mes.
Ese
es el trabajo de Zahyra (izq.) y Derly (der.): ayudar a ‘las chicas’
para que al verse al espejo no tengan duda de su feminidad. ‘Felicia’,
‘Katherine’, ‘Andrea’, Valeria’ y muchas otras trans pasan por las manos
de Derly para quedar perfectas. Como amigas se aconsejan sobre vestidos
y accesorios que podrían lucir.
Las
chicas’ como 'Katherine' (foto) están listas para ir, algunas por
primera vez, al mundo nocturno de Chapinero. Cuando regresan a
TranxTienda, la ropa de mujer se queda en el casillero y el maquillaje,
envuelto en una toallita húmeda, a la espera de una próxima
transformación.