Shui comenzó a imitar a diferentes artistas, principalmente, a la española Mónica Naranjo, a quien admira profundamente, ya que genéticamente hablando, es a quien más se parecía, tomando en cuenta también la caracterización.
“Mi escuela real es el teatro, yo creo que me ayudó mucho para la transformación, para poder sacar un show adelante, para poder transmitir un sentimiento en la gente”, aseguró Shui, quien viajó durante años por todo el país con la compañía de teatro de Adolfina Gutiérrez y tuvo la oportunidad de conocer muchos lugares, “gays y no gays”.
Ya en Torreón, después de dejar el teatro, se enfiló más a este arte, y ahora, dice, está en el “show business” del travestismo: “No sólo se enfoca en hacer un personaje de mujer, implica más cosas, porque cualquiera se puede vestir de mujer, pero tomarlo como profesión, que es mi caso, es muy diferente”.
Shui comenzó a imitar a diferentes artistas, principalmente, a la española Mónica Naranjo, a quien admira profundamente, ya que genéticamente hablando, es a quien más se parecía, tomando en cuenta también la caracterización.
Sus primeras presentaciones fueron en fiestas, reuniones y shows particulares, donde lo recibieron de excelente manera.
“Aquí en Torreón, ya hay más apertura en ese sentido.
El travestismo generalmente está ligado con prostitución o drogadicción, entonces, nosotros como ‘show business’, tenemos la capacidad de poder decir que no es nada de esto.
Sí existen los tabús, y seguirán existiendo, eso es lógico, pero ahorita, a estas alturas, la gente ya está tomando conciencia, para bien, de lo que es el ambiente gay”.
A lo largo de su carrera, ha recibido muchas satisfacciones, en sí, cada fin de semana: “Es muy grato llegar al lugar donde trabajes y dar tu show y ver que alguien sonríe, que se divierte y que la esté pasando bien”.
Aparte de La Naranjo, Shui se ha caracterizado como Cher, Hiedra Venenosa (show que recuerda con mucho cariño), la Mujer Maravilla y Spider-Woman, entre otras, sin contar a Cepillín y Marilyn Manson.
Entre maquillaje, “los trucos”, vestuario y arreglo de cabello, Shui demora una hora y media, aproximadamente en su transformación.
Aunque no hace ejercicio con regularidad, sí trata de cuidar su alimentación.
Flowers confiesa que ser travesti es muy caro: “Es una inversión constante semanal, de lo que quieras, ya sea medias o maquillaje”.
El futuro trae para ella un programa de televisión por Internet, que ya hacía anteriormente, aparte de que tiene planes para viajar con su personaje para hacer presentaciones y “venderse”… En lo personal, es muy feliz con su familia, sus padres y sus sobrinos.
“Me aceptan, tanto a Jesús Flores como a Shui Flowers, el travesti; estoy realmente pleno, no me falta nada, tengo amor, tengo amigos y tengo salud, que es lo más importante”.
A la pregunta de cómo define a Flowers, Shui no duda en responder, entre risas, que “es una loca, en el buen sentido de la palabra”.
Carlos Rodríguez
http://www.milenio.com/node/689000
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