Hola esta Lilith Fantasy, una chic@ que le gusta la fantasía de verse femenina, tiene pareja y prefiere guardar su gusto de vertirse de mujer en la privacidad, esta es la plática que tuvimos al respecto.
Hola
Lilith F como fue que empezó tu gusto por las prendas femeninas
Ah! La
respuesta es un poco larga:
Todo
comenzó de forma similar a como creo comenzamos muchas de nosotras. Fue una
especie de accidente. Tenía yo como 12 o 13 años, cuando una mañana salí de la
ducha como todos los días. Creo que me preparaba para ir a la escuela. Obvio
estaba desnudo y lo primero que me puse fue una camisa de vestir, que al estar
sin pantalón me quedaba como si fuera un minivestido. Por casualidad voltee al
espejo y descubrí que tenía bonitas piernas, como de señorita. Me desconcerté
mucho con el aspecto un tanto femenino de mis piernas, pero ahí me entró la
curiosidad. Eso fue una especie de incidente que me llevó al siguiente paso.
Días más tarde esperé a que no hubiera nadie en casa y fui directo al
guardarropa de mi madre. Tomé unas pantymedias naturales, una falda color crema
y unas zapatillas cerradas de vestir, muy elegantes, de tacón mediano y color
guinda. Todo me lo puse con delicadeza y al terminar me fui a ver el resultado
al espejo. Me encantó cómo me veía. Mi esbelto cuerpo adolescente aún no se
masculinizaba por completo y eso ayudó a que me viera tan femenina. La
sensación fue extraordinaria, me encantó. Aún más, me fascinó. Cuando me vi al
espejo vi a una mujer con piernas hermosas, muy sexy y bien formada. De ahí lo
seguí haciendo cada vez que había la oportunidad de quedarme solo en casa y
cada vez lo hacía con más elementos hasta que estaba toda vestida con un
conjunto completo como toda una chica, claro, siempre en secreto, siempre en
privado, siempre a solas. Me encantaba vestirme como ejecutiva. Me encantaba,
me encanta, ver mis piernas enfundadas con unas sexys medias subidas en unas
sensuales zapatillas de tacón alto y coronadas con una minifalda ya sea
ajustada o con vuelo. Enseñar pierna siempre ha sido lo que más disfruto.
Después
de esta primera gran experiencia cual sería la que más recuerdas y que fue lo
que paso.
Pues hay
varias. Yo soy muy de closet. Nunca he salido, por lo que todas mis aventuras
están confinadas a la privacidad y al mundo virtual. Tal vez sea cuando casi
fui descubierta por mis papás mientras me vestía y tuve que cambiarme y ocultar
las cosas muy rápidamente mientras ellos tocaban la puerta, tras haber llegado
antes de lo que yo tenía previsto al quedarme sola en casa. Otra que recuerdo
fue cuando saqué mi primer perfil en una red social con temática travesti. Fue
una buena experiencia. Me sentí aceptada, acompañada, socializando, ¡además de
que mis fotos fueron muy bien recibidas!
Alguna
vez has sentido el deseo de vestirte de mujer y salir a la calle vestida, como
te fue y piensas si no lo has hecho que llegue ese día.
Nunca he
salido a la calle vestida. La verdad es que disfruto mi closet al máximo. Ahí
me siento segura y realizada, sin problemas, alejada de malas intenciones. Soy
un tanto desconfiada y temerosa en ese sentido. Además no soy como muchas
compañeras TVs que necesitan salir para sentirse completamente realizadas, no
siento esa imperiosa necesidad que algunas tienen de salir. Estoy a gusto en mi
closet. No niego que me gustaría salir y compartir experiencias con algunas
TVs, salir a tomar un café, una copa, a bailar o a alguna fiesta, pero no es
algo que me obsesione. Si no pasa nunca, no hay problema por mí. Desde luego,
no descarto algún día salir, sé que sería una muy buena experiencia y que lo
disfrutaría mucho, pero si no llega a suceder, no pasa nada. El internet ha
sido un aliado que me ha permitido compartir experiencias con otras TV sin
tener la necesidad de salir de mi casa. Hemos compartido sentimientos,
vivencias, consejos y formas de ver este mundo a través de los chats de las
redes sociales. He llegado a hacer grandes amistades por la vía virtual, amigas
entrañables a las que aprecio como si las conociera en vivo, se genera una
especie de hermandad muy especial a través del diálogo en las salas de charlas
virtuales. Si eres honesta y clara, puedes hacer muy buenas amistades. Me
encanta charlar.
Antes de
que tuvieras contacto con otras chic@as por las redes, como vivías esos miedos
o dudas que nos genera este deseo de usar prendas femeninas.
Creo que
no he batallado tanto como otras chicas TV; sin tener contacto con este mundo
logré entender que no se trataba de nada malo vestirse como un hobby. Creo que
fue sentido común, aunque claro que hay etapas. Después de las primeras veces
que me vestí hubo un desconcierto natural, supongo que a todas nos pasa. Con
esas sensaciones tan placenteras, vino también un poco de desconcierto. Me
sentí culpable porque llegué a pensar que era gay (no es que eso tenga algo
malo, pero me desconcertó mucho, porque no encajaba conmigo), pero como nunca
me han gustado los hombres poco a poco fui cayendo en cuenta que mi travestismo
es simplemente un gusto que para este mundo hetero-centrista y
cisgénero-centrista se considera extraño, repudiable o reprobable. Después
investigué y pues descubrí que había más gente como yo y que no había nada malo
en disfrutar de vestirse de mujer de vez en cuando, pero obvio decidí quedarme
en el closet porque sé que casi nadie en la sociedad entiende esto. Me di
cuenta que en el mundo de la sexualidad y el género hay muchísima diversidad y
que no hay nada que sea bueno o malo, sólo diferente. En nuestro caso
(travestis) simplemente nos gusta adoptar una personalidad femenina
provisionalmente como un pasatiempo, no le hacemos daño a nadie, pero la
mayoría de la sociedad no lo entiende y usualmente la gente le teme a lo
desconocido y lo rechaza, no siempre de la mejor forma. La mayoría de la sociedad
no debería tener problema con algo que en realidad es tan inocuo. Aunque se ha
avanzado en la aceptación de la comunidad LGBTTTI, aún falta mucho por hacer.
Yo me considero heterosexual y me encantan las mujeres. Siento una gran
atracción por lo femenino, una gran admiración. Se dice que las travestis
admiramos tanto a las mujeres que a veces queremos vernos como ellas, es una
especie de homenaje a la belleza femenina, al universo de la mujer, que desde
luego tiene, en mi caso, una faceta erótica, tal vez fetichista. Yo mantengo
una personalidad masculina todo el tiempo en mi vida cotidiana, nadie afuera
del closet sabe de Lilith y así me gusta mantenerlo. Disfruto ser hombre, estoy
conforme con ello y no quiero cambiarlo, no quiero ser mujer, sólo que a veces
me gusta lucir como una por un simple, pero inusual gusto o pasatiempo. Es una
especie de culto a la belleza femenina que me provoca un placer especial. Es
encarnar yo mismo a la mujer de mis sueños, ser mi propia mujer, ser mi propio
fetiche y mi propio objeto del deseo. Todo lo resumo con esta frase que yo
misma inventé: “Un día una mujer me dijo que me pusiera en sus zapatos. Lo
hice… ¡y me fascinó!”.
Desde tu
punto de vista a que se debe este inusual gusto o pasatiempo, con el tiempo
piensas que ha aumentado y crees que en ti evolucione a otro nivel.
No sé a
qué se deba. Tal vez es simplemente un gusto, no podría explicarlo. A veces
pasamos mucho tiempo tratando de explicar las cosas cuando es mejor investir
ese tiempo en asumirlas, en aceptarlas, en respetarlas. No creo que sea tan
importante el saber de dónde surgen este tipo de preferencias y gustos como el
respetarlos. Por otro lado, no creo que mi travestismo llegue a evolucionar. Sé
que hay chicas que pasan de ser travestis a ser transgénero o transexuales,
descubren lo que en verdad quieren ser y es muy aplaudible y admirable, pero no
es mi caso. Estoy contenta con lo que soy, una travesti de closet. No creo
cambiarlo. Aunque nunca se sabe y es mejor nunca decir nunca, no creo
cambiarlo.
Cuál es
el look que más te gusta vestir, hay algo que te gustaría lucir y aun no lo has
hecho, cuál es tu color preferido como chic@.
De todo
un poco. Generalmente me gustan las cosas formales, como trajes sastre,
vestidos de coctel, vestidos formales, minifaldas. Lo que sí es que casi
siempre procuro enseñar pierna porque es una de las partes que más me atraen de
las mujeres y es una de mis partes favoritas de mi cuerpo. Como dije, me gusta
enseñar pierna, por eso uso vestidos y faldas cortas, aunque no demasiado, pero
sí que se vea el muslo, jeje. Eso sí, casi siempre usando zapatos de tacón
alto. Si te vas a vestir de mujer, pues qué chiste tendría usar pantalón y
zapato bajo, qué va, siempre mi falda, medias y tacones. El chiste es ser
femenina y sexy. ¿No crees? Aunque me gusta mostrarme muy sexy, procuro siempre
mantener un balance entre la elegancia, feminidad y sensualidad, sin llegar a
lo vulgar. Los colores me gustan oscuros, azul marino, negro, gris, aunque
también los femeninos como rosa o morado, depende de la prenda. En cuestión del
tipo de ropa normal me he vestido de muchas formas, pero casi nunca me he
disfrazado. Me gustaría vestirme de alguna súper heroína, algo de cosplay,
bueno, crossplay en este caso. O de diablilla o colegiala.
Nos puedes
platicar como fue que elegiste tu nombre y si tiene algún significado.
Cuando lo
escuché, me gustó fonéticamente. Además tiene varias significaciones. Según
libros antiguos, fue Lilith, y no Eva, la primera mujer de la creación, pero
fue expulsada del paraíso por Dios en castigo por querer conocer los misterios
de la vida y por negarse a someterse a Adán. El desacato que ella tuvo con Adán
tuvo lugar cuando por primera vez se aparearon y ella no quiso que él estuviera
o se colocara encima de ella. Argumentó que ambos eran iguales y que ese lugar
le pertenecía. Adán se llenó de enojo diciéndole que ella había sido creada
para servirle a él y que además, era una de las tantas criaturas que Dios había
creado, motivo por el cual le debía total obediencia. Lilith se enojó al grado
que fue a visitar a Dios y utilizó sus artes para seducirlo. Una vez que lo
logró, hizo que él le dijera cuál era su nombre sagrado. Cuando Lilith
pronunció ese nombre sagrado, alcanzó a volar tan alto que abandonó el Edén y
se alejó de Adán llegando hasta una cueva ubicada en el Mar Rojo, donde comenzó
a convivir con demonios, de los cuales tuvo una legión de hijos. Al sentirse
libre, Lilith dijo que jamás volvería a la sumisión de su esposo Adán. Según
leyendas medievales occidentales, Lilith es un demonio que toma la forma de una
mujer atractiva para seducir a los varones, sobre todo a los adolescentes y a
los monjes, introduciéndose en sus sueños y fantasías. En general son mujeres
de gran sensualidad, y de una extrema belleza incandescente. Con estas
leyendas, es un nombre que representa esencia femenina, conocimiento, rebeldía,
trasgresión, ir contra corriente, y qué mayor rebeldía que un hombre usando
ropas de mujer. Me resultó tan representativo que lo adopté.
En verdad
es muy interesante la historia, tú crees que las parejas deben llegar a
conocerse igualitariamente o deben reservar secretos y privilegios de acuerdo a
su rol de género.
Creo que
es cuestión de cada quién, de cada travesti, de cada pareja. El entorno es muy
diferente en cada caso, la personalidad de la pareja, su nivel de tolerancia y
conocimiento del tema es muy importante. En mi caso, yo tengo novia, pero ella
no sabe de Lilith. He decidido mantenerlo en secreto por varias razones. Me
gusta que ella me vea como hombre. Me gusta ser EL hombre de la relación. Que
ella me vea como alguien a quien admirar como hombre y no como una amiga más.
Temo romper esa visión si ella sabe de mi travestismo. Además temo perderla.
Que ella no me acepte, temo que me rechace y que lo nuestro se termine. No
estoy dispuesto a perderla por esto. Si tuviera que elegir, la elegiría a ella.
La verdad es que creo que ella no me abandonaría si se enterara o le confesara
todo esto, pero estoy seguro que no le gustará la idea de mi travestismo. Creo
que lo toleraría nada más. No quiero que me deje de ver como EL hombre. No sé
si soy claro. Temo romper la visión que tiene de mí. Ella me ve con ojos de
admiración. En sus ojos puedo ver el “ese es mi hombre”. Temo romper eso. Que
sus ojos dejen de mirarme así. Que no entienda todo esto. Por otra parte, no
siento esa necesidad imperiosa de que ella lo sepa, incluso creo que es mejor
así. Así me siento bien. No tengo problemas con que ella no lo sepa. No tengo
la necesidad de compartirlo con ella. No niego que me encantaría que
compartiera este mundo conmigo, tal vez que compartiéramos ropa, que me
maquillara, que salgamos de compras y cosas así, pero no es algo que me haga
falta tampoco. Puedo vivir sin ello. Para muchos es difícil de entender que un
hombre guste de vestirse como mujer y al mismo tiempo sea heterosexual, porque
a los travestis se les relaciona automáticamente con la homosexualidad
(insisto, no porque la homosexualidad esté mal, pero no es mi caso), pero de
hecho me parece que la mayoría de los travestis somos heterosexuales. Hay
travestis heterosexuales, travestis homosexuales, travestis bisexuales,
travestis que se dan cuenta que en realidad quieren ser mujeres y dan pasos
hacia el transgenerismo y una vez siendo transgénero pueden sentir atracción
tanto a hombres como a mujeres. En fin, las posibilidades son infinitas. La
mayoría de la gente desconoce todo eso y pone a toda esta diversidad en un solo
concepto muy equivocado. Como dije antes, en la sexualidad y el género las
combinaciones son muchísimas y no hay cosas buenas ni malas, sólo diferentes.
Creo que cada persona tiene sus razones muy válidas para revelar o mantener en
secreto su travestismo ante su pareja, familiares, amigos y sociedad en
general. Lo que creo es que siempre hay que poner en la balanza qué se puede
ganar y qué se puede perder, con una revelación así, si se está dispuesto a
perder y ganar de esa forma.
Si
existiera en un futuro cercano un médicamente para eliminar esta admiración y
gusto por lo femenino lo tomarías para borrarlo y eliminarlo de tu vida, porque
si o no.
Dicen que
eso es imposible, jaja. Pero si hipotéticamente existiera un modo de regresar
el tiempo y evitar todo esto no sabría qué hacer. Hay una parte de mi que desea
nunca haber descubierto esta parte de mí y otra que lamentaría mucho que nunca
hubiera pasado. Aunque mi travestismo no me genera conflicto en sí, siempre hay
algo que se percibe como inadecuado, el riesgo de ser descubierta y todo eso
son cosas que me gustaría evitar y nunca haber vivido. Pero finalmente es algo
que se disfruta, es como si te dijeran que nunca más vas a jugar futbol o
escuchar música, dejar de hacer algo que te gusta para siempre, por eso a veces
pienso que sería mejor nunca haberlo conocido. Sería muy complicado tomar una
decisión.
Dices que
es como jugar fútbol o escuchar música, al año cuanto tiempo le dedicas a
Lilith, es decir en promedio cuantas veces te vistes x mes y cada vez que te
viste cuanto tiempo inviertes de principio a fin.
Todo es
muy variable. Depende del tiempo de tu vida de chico y de las ganas que tienes.
Hay veces que pasan semanas, meses, hasta años sin que te den ganas de vestirte
y hay veces que lo haces lo más seguido que puedes, una, dos o tres veces por
semana. Es muy variable. Generalmente una vez cada dos meses, más o menos,
sería el promedio. Procuro que cuando lo hago dedicarle al menos dos horas,
pero no siempre es posible por el entorno y los deberes.
Si no me
fallan las cuentas eso es 6 veces al año y 2 Hrs en promedio serían media día
de los 365 que tiene el año o sea 0.13 % del tiempo de un año, muchos nos hemos
dados cuenta que además del gusto por vernos femeninas existen otros rasgos o
cualidades femeninas que tenemos cada una, además de tus femeninas piernas
consideras que tienes otro atributos femeninos.
En
general creo que mi cuerpo tiene algunos rasgos andróginos, lo que me ha
permitido lograr una buena apariencia femenina. No soy muy alta, tengo glúteos
no muy grandes, pero curvos y parados, una cintura un tanto pequeña, hombros
breves y soy esbelta en general. Todo eso ha estado de mi lado. En mi
personalidad creo ser observadora, paciente, tolerante, discreta, cautelosa,
creo que son características normalmente asociadas a lo femenino y eso también
me ha complementado. Creo que todos tenemos un “lado femenino”, una serie de
características que la sociedad occidental relaciona a lo femenino y todo
tenemos algo de eso, aunque no lo reconozcamos o no nos demos cuenta. En
realidad son características universales, que no son femeninas o masculinas en
sí, pero que se asocian a lo femenino o masculino según cada cultura. En otras
palabras, el género.
Una
característica es el balance o dualidad que tenemos, piensas que por tener esa
dualidad nos hace mejores o peores personas, o simplemente un ser humano como
cualquier otro.
Creo que
sí. No es que ser travestis nos haga mejores personas en automático o nomás
porque sí. Hay travestis muy buenas personas y también los hay malas personas,
como cualquier otra persona, como todo en la vida. Lo que sí puedo decir es que
el estar en contacto con tu “lado femenino” entiendes mucho mejor a las mujeres
y creces como ser humano. Puedes lograr entenderlas mucho mejor que un hombre
común y corriente, porque literal y figuradamente te pones en sus zapatos,
llegas a sentir y contemplar al mundo desde el punto de vista femenino y eso
finalmente te hace más humano. Al asumir temporalmente una personalidad
femenina te liberas de las cadenas del cisgenerocentrismo, te liberas de los
clichés del macho alfa y no te limitas a la mirada masculina del mundo. Vas
allá de lo evidente. Ves al mundo desde dos puntos de vista, contemplas dos
espectros. Estar en contacto con tu lado femenino nos sensibiliza, nos
humaniza, nos hace mejores personas. Creo que eso suele hacer a los travestis
heterosexuales mejores esposos, mejores amantes, mejores personas.
El estar
en contacto con tu lado femenino es solamente usar prendas femeninas, o
involucra también comportamientos o actitudes femeninas, vestirte es sinónimo de
sentirse mujer.
Cuando me
visto, trato de comportarme como mujer, asumir la personalidad femenina, moveme
y actuar como una mujer lo haría. Es parte de la fantasía.
Lilith
eres una gran persona y una hermosa chic@, hay algo que te gustaría comentar o decirle
a otras chic@s como nosotras que lean esta entrevista.
¡Muchas
gracias por la entrevista, Meli! Fue una experiencia muy padre y nueva para mí.
Nunca me habían hecho una entrevista como chica, lo aprecio y te agradezco que
me tomaras en cuenta. A tus lectoras TVs sólo decirles que sean ellas mismas. A
las que tienen dudas y temores, que recuerden que esto no es nada malo, que en
el mundo de la sexualidad y el género, mientras no dañes a nadie y nada sea a
la fuerza, no hay gustos o preferencias buenas o malas, sólo diferentes. ¡Hay
que respetar y disfrutar de la vida! ¡Que siga el taconeo!
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