Publicado originalmente en feminofilia.com
El presente post
está encaminado a mujeres cuyas parejas les han confesado su
feminofilia, o travestismo heterosexual, pero que todavía no acaban de
comprender el porqué de la predilección de sus novios o esposos por
utilizar prendas del género femenino. De antemano pueden saber que esta
guía no es objetiva, pues está basada en mi experiencia personal y cada
caso tiene algunas diferencias. Sin embargo, la idea general es la
misma. Espero les sea de ayuda.
Mi pareja me dijo que le gusta vestirse de mujer pero no es homosexual. ¿Eso es posible?
Totalmente. Podría apostar toda mi ropa de mujer a que, cuando tu
pareja te confesó su secreto, lo primero que pasó por tu mente es que
era gay. Déjame tranquilizarte y decirte que si tu pareja está contigo,
las probabilidades apuntan a que no es homosexual. El hecho de que le
guste vestirse de mujer no está relacionado de ninguna manera con el
gusto por uno u otro género. Velo de esta manera: a la gran mayoría de
hombres homosexuales no les gusta vestirse como mujeres. Obviamente
existen excepciones, pero es como afirmar que a todas las mujeres les
gusta andar en patineta. Es evidente que encontraremos casos
particulares en los cuales se cumpla la afirmación, pero en general
resulta ser falsa.
Si mi pareja disfruta vestirse de mujer, ¿significa que quiere cambiar de sexo?
No necesariamente. Si tu pareja quisiera reasignarse el sexo entonces
no sería un feminófilo, sino un transexual. Nosotras disfrutamos de
vestirnos y sentirnos como mujeres durante algunos períodos de tiempo;
pueden ser algunos minutos, un par de horas o un fin de semana, pero
estamos contentos con nuestra condición general de hombres y no deseamos
ser mujeres todo el tiempo.
¿Por qué le gusta vestirse de mujer?
Esta es la pregunta del millón. No existe una única razón por la que
nos guste vestirnos con atuendos femeninos. Los motivos más comunes que
suelen citarse son la ausencia de una figura masculina en el hogar,
admiración profunda por las mujeres, experiencias traumáticas
relacionadas con abusos sexuales en la infancia, predilección de los
padres por los hijos de sexo femenino y un largo etcétera. Creo que en
casi todos los casos, las razones están muy alejadas de éstas. La verdad
es que muchas veces ni nosotras lo sabemos. Simplemente es algo que nos
gusta, como el agua de limón o dormir con una almohada en lugar de dos.
¿Los feminófilos nacen o se hacen?
De nuevo, depende de cada caso. Puede ser que tu pareja se haya dado
cuenta de su preferencia por la ropa de mujer en la adolescencia o que
haya sido desde muy temprana edad. Personalmente, creo que nacemos con
ese gusto, pero unos tardan más que otros en descubrirlo.
¿Es lo mismo un feminófilo que un travesti?
Esencialmente sí. Sin embargo, el término feminofilia se adoptó debido a
que, socialmente, la palabra travestismo tiene connotaciones más
relacionadas con sexo o prostitución. Digamos que un travesti genera la
idea de una persona que se viste de mujer con prendas vulgares y con
fines sexuales. Un feminófilo es una persona que disfruta sentirse mujer
en la intimidad sin exhibirse ante los demás.
Si no quieren ser mujeres, ¿por qué la gran mayoría usa nombres y adjetivos femeninos?
No queremos ser mujeres permanentemente, pero cuando nos encontramos
usando el atuendo femenino sí que queremos ser tratadas como tales. Es
parte de la experiencia. Creamos un personaje, un álter ego, y nos
metemos en él. Cuando un actor interpreta un rol, se le llama por el
nombre de su personaje; lo mismo ocurre con nosotras. Mientras estamos
vestidas somos mujeres, y por eso tenemos nuestro nombre de mujer.
¿Es posible llevar una relación estable con un hombre feminófilo?
Por supuesto que sí, pero ello depende totalmente de la plena
comprensión y aceptación por parte de la pareja del feminófilo. Cabe
aclarar que mientras no estamos vestidas o “en personaje” somos hombres
100% varoniles. No somos amanerados ni tenemos actitudes que nos
“delaten”. Si tu pareja es feminófilo, eso no significa que a partir de
que te confesó o descubriste su secreto estarás con una mujer todo el
tiempo. El hombre del que te enamoraste está y seguirá estando a tu
lado, pero ahora tienes también una amiga ocasional.
Una de las grandes ventajas de tener una
pareja con gusto por utilizar ropa y accesorios femeninos y emular las
actitudes propias de una mujer, es que, generalmente, ese hombre será
muy diferente a los demás. Tendrás a alguien que sabrá escucharte y
comprenderte, además de que te entenderá a la perfección. Amará
acompañarte a comprar ropa y no le molestará ir a cuanta tienda sea
necesaria para elegir el atuendo perfecto. Tendrás a un hombre que podrá
aconsejarte cuando tú misma vas de compras y que no se molestará cuando
decidas gastar un poco más de la cuenta en esa blusa que te fascinó.
Ser feminófilo, lejos de ser un defecto,
puede convertirse en una gran ventaja, pues al mostrarle a tu pareja
comprensión y respeto, su amor por ti crecerá de manera inimaginable, y
puedes estar segura que contarás toda la vida con su agradecimiento y
fidelidad. Aprende a ver el lado bueno de las cosas, pues todo en la
vida lo tiene.
Soy feminófilo
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Melisa, me parece certero el análisis, pero me quedan muchas preguntas. ¿Cómo es posible que tu pareja asimile tu condición travesti (feminófila)? ¿Cómo abordar un tema tan escabroso con ella o con la familia? ¿Hasta dónde puede llegar el impacto emocional?
ResponderEliminarDe hecho, con quienes he platicado sobre el tema coinciden –coincidimos- en que lo mejor es no plantear el tema sino guardar en secreto nuestra feminofília, lo cual sé que es muy complicado. Este dilema nos conlleva a muchos hombres a permanecer un poco aislados, puesto que la sociedad actual es aun intolerante hacia el tema. Me gustaría conocer tu opinión. Gracias!