Tanto sobre el travestismo como sobre el transexualismo, se dicen
diferentes postulados por lo que no hay un acuerdo final sobre las
definiciones. La experiencia demuestra que cualquier esquematización al
intentar denominar una posición sexual singular, suele chocar con no
pocas dificultades. Pero puede generalizarse que la diferencia
fundamental entre estas dos entidades se debe al posicionamiento en
relación al pene. Mientras que el travesti no renuncia a la
funcionalidad peneana, es decir se viste de mujer pero considera
indispensable para su excitación la anatomía del pene, el transexual
renuncia a ello, y puede llegar a reclamar un cambio de identidad
mediante la extirpación peneana (llegando a definir un error natural su
contextura anatómica). En esta clasificación se enmarcaría el llamado
popularmente transformismo, donde se trataría del comportamiento
travestista pero solo reservado a ciertas ocasiones (espectáculos,
intimidad, relaciones de pareja, festejos, etc).
Según el manual de diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-IV) no se
utiliza la nominación de travestismo o transexualismo directamente,
pero ambos se encontrarían dentro de los “Trastornos sexuales y de la
identidad sexual”. Partiendo de allí el travestismo sería ubicable en la
subcategoría de parafílias, llamado por el manual "fetichismo
travestista", y el transexualismo posicionado en “Trastornos sexuales y
de la identidad sexual” pero nominado con la misma denominación que la
subcategoría "trastornos de la identidad sexual".
El Fetichismo según el manual se define como fantasías sexuales
recurrentes y altamente excitantes, impulsos sexuales o comportamientos
que implican el acto de travestirse en un varón heterosexual. Dentro de
esta categorización se indica manifestar clínicamente como “disforia
sexual” cuando el individuo presenta malestar persistente con su papel o
identidad sexuales. El manual también indica que estas fantasías e
impulsos sexuales provocan un malestar clínicamente significativo o un
deterioro social, laboral o de otras áreas de la actividad del
individuo.
El manual considera al travestismo (llamándolo trastorno de la identidad
sexual), como la identificación acusada y persistente con el otro
sexo, manifestada en adultos con la afirmación del deseo de pertenecer,
ser considerado, vivir o ser tratado como del otro sexo o la convicción
de experimentar las reacciones y las sensaciones típicas del otro sexo.
Además de un malestar persistente con el propio sexo o sentimiento de
inadecuación con su rol. Provocando un malestar clínicamente
significativo o deterioro social, laboral, o de otras áreas importantes
de la actividad del individuo. También contempla si no presenta
atracción sexual o si la tendencia es hacia varones, mujeres o ambos
sexos. Para el caso de los niños especifica comportamientos típicos
(respecto a vestirse con las ropas o de participar de los juegos típicos
del otro sexo. o que los niños manifiesten que el pene o los testículos
son horribles, que van a desaparecer o sino la aversión a mantener
comportamientos esperados para su sexualidad y preferir a los compañeros
del sexo contrario).
En definitiva la definición del DSM-IV lleva implícita la concepción
clásica, pero otras lecturas permiten pensar que esa definición resulta
bastante acotada.
Una de las disquisiciones de mayor aceptación en el campo "psi" es la
siguiente, aunque cabe aclarar que cualquier esquematización al
respecto, al ser solo como elemento clasificatorio, fuerza un poco las
cosas:
Transformismo: Cuando un sujeto se viste con ropaje femenino en algunas
ocasiones aisladas pero sin perder en ningún momento su identidad
masculina.
Travestismo: Cuando un sujeto se viste con el ropaje de género opuesto,
pero sin renunciar a su identidad genital anatómica, lo que resulta por
ejemplo en un sujeto con pene, que adopta aptitudes y apariencia
femenina, pero que utiliza su pene como órgano activo (penetrar,
masturbarse, etc.).
Transexualismo: Cuando un sujeto presenta la firme convicción de
presentar un error biológico en cuanto a su anatomía y su sentir. Por lo
tanto fomenta la extirpación genital. En estos casos se renuncia al
placer genital peneano, y es esta la diferencia con el travestismo.
Desde la perspectiva psicoanalítica el travesti intenta causar o
provocar sorpresa ante la visión del pene. Ubicandose en ese preciso
momento como de goce. De esta manera reniega (fallidamente) de la
castración simbólica. Demuestra que una mujer puede aparecer con pene.
El transexual odia, rechaza al pene.
En esta perspectiva frente a lo fallido a nivel simbólico, cobran
importancia los rasgos imaginarios (roles, vestimenta, imagen, pinturas,
etc.)
desde la perspectiva teórica cabe la pregunta si en algunos casos se
transexuales, no se tratará de un delirio en el orden de la psicosis
Lacan psicosis, incluso recordando a Lacan cuando este se refiere que en
la psicosis se registra una pendiente hacia el transexualismo. cabe
recordar al respecto que es claro que un síntoma no constituye
estructura.
Mientras que en la neurosis se trata de una estructura basada en la
diferencia y el enigma (el deseo de la madre mediatizado por el
significante, el niño intenta alienarse al objeto deseado de la madre,
aunque fracasa porque la madre también desea porque ella también es
carente). El niño así rivaliza simbólicamente con el padre por la madre,
el pene se constituye en el símbolo de la diferencia.
En la psicosis, se muestra la ausencia paterna para metaforizar el deseo
materno, no simboliza la diferencia, el pene no simboliza la
diferencia, solo es un pedazo de carne porque no aparece relacionado con
el deseo materno porque este no fue nombrado. En este sentido si no se
puede ser el falo que le falta a la madre, se es la mujer que le falta
los hombres. Se acomoda a la imagen viril de los hombres. Se constituye
en una mujer como nombre del padre que pone un límite a la la exigencia
mortificadora del Otro. En este sentido la nominación como mujer les da
identidad. Por lo tanto para los transexuales no es cuestión de sexo
sino de identidad. Porque no hay significante estructural de la
femineidad.
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