El Fetichismo travestista es un tipo de fetichismo
sexual que consiste en la gratificación sexual por el contacto y
revestimiento con prendas pertenecientes al sexo opuesto (con especial
relevancia de la ropa interior). La ropa del sexo opuesto sería el fetiche.
Comúnmente hace referencia a hombres heterosexuales que visten de
mujer para obtener placer sexual. Los fetichistas provocadores son una
minoría, la mayoría suelen practicar su inclinación en absoluta
privacidad y secreto. Muchos fetichistas están casados y tienen hijos.
Es importante subrayar que los fetichistas travestistas son por lo general heterosexuales.
En el DSM IV aparece en la lista de los Trastornos sexuales y de la identidad sexual dentro de la sección Parafilias como F 65.1 Fetichismo transvestista [302.3] y el diagnóstico no puede hacerse en los casos en los que el transvestismo aparece en el transcurso de un trastorno de la identidad sexual.1
El transvestismo puede ser un antídoto para la ansiedad o la
depresión, y lo ayuda a obtener una sensación de paz y tranquilidad.
El grado con el que el individuo se transviste depende del hábito
corporal y su habilidad. Puede hacerlo tanto de manera ocasional y en
solitario como involucrarse completamente en la subcultura
transvestista. Algunos llevan una sola prenda femenina de ropa interior o
lencería escondida bajo su atuendo mientras que otros prefieren
vestirse y maquillarse como mujer.
Según el DSM IV
sólo se da en varones heterosexuales con un aspecto completamente
masculino. El individuo guarda una colección de ropa femenina que
utiliza para masturbarse sintiéndose al mismo tiempo el sujeto masculino
y el objeto femenino de su fantasía sexual. Esa prenda puede ser un
objeto erótico en sí mismo y utilizarse luego de la masturbación para
tener relaciones sexuales heterosexuales.
En ocasiones puede tener relaciones homosexuales pero no necesariamente.1
Vestirse de mujer para lograr una satisfacción erótica no tiene
relación con dudas sobre su sexualidad o identidad sexual. Por tanto, el
fetichismo travestista no equivale necesariamente a homosexualidad, bisexualidad, transgenero o transexualidad.
En algunos casos, el fetichista presentra cuadros de Sado-Masoquismo, es decir que esta parafilia
puede no presentarse sola, bien formando parte, bien coexistiendo con
otras parafilias, ninguna de ellas asociadas a conductas homosexuales,
es decir se presenta en un 99.9% en sujetos heterosexuales.
La mayoría de los fetichistas travestistas suelen vestirse con ropas
semejantes a prostitutas, por eso muchas feministas argumentan que no se
visten de mujeres, sino que se disfrazan de la fantasía de todo hombre.
En EE UU se han hecho populares una serie de libros publicados por la
doctora en psicología Peggy J. Rudd que están escritos desde el punto
de vista de la esposa de un hombre travestido. Los títulos incluyen: "Mi
esposo se viste con mi ropa: El travestismo desde la perspectiva de una
esposa," "Travistiéndose con dignidad: Trascendiendo las barreras de
género," "Los travestidos y las personas que comparten su vida." Rudd
también es miembro del patronato de Tri-Ess, una organización
internacional sin fines de lucro para travestidos heterosexuales y sus
familiares.
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