(Fotografía: Jisell Higuera)
Por Sharom Nadine
En cuestiones de amor nada está escrito, ni a quien amas ni como amarás.
Estoy casada con la más maravillosa mujer que no sólo acepta, sino
que aprueba, comparte y disfruta conmigo mi lado femenino, somos
esposas, novias, amantes, mejores amigas, compañeras de compras,
confidentes, asesoras de moda y belleza, compañeras de aventuras y todo
cuanto se pueda ser con el amor de tu vida. Soy de las más afortunadas.
Pero como de todo hay en esta cajita llamada vida, no todas gustamos
de lo mismo y no todas conseguimos lo que deseamos. Entre mis amigas
travestis, puedo contar heterosexuales, bisexuales, gays,
heteroflexibles, queers, sissies, ambigüas, confundidas y curiosas. Por
mi parte me considero bi, pero enamorada y entregada. Algunas tienen la
misma suerte que yo, casadas y apoyadas; otras aún buscan el amor de su
vida, una persona que les permita ser quienes son las ame y las apoye
sin condición, hay otras que deben ocultarle a sus parejas su alma
femenina, hay incluso quienes van por la vida probando los ricos
placeres que esta tiene para ofrecer, siempre con respeto y cuidado de
no dañarse ni dañar a l@s demás.
Antes mencioné que soy de las afortunadas, pues me corrijo, debo ser
la más afortunada, mi mujer no sólo me protege, me acepta y me cuida,
sino que adora mi feminidad. Ella es una mujer muy femenina, pero aún
así, dice que la niña de la casa soy yo, que ella no podría disfrutar
tres horas siendo maquillada o mis extensas sesiones de depilación (que
ella misma me ayuda a hacerme), en la casa si ves una falda o la ves a
ella con una puesta, lo más probable es que sea mía, yo se la presté,
nuestros maquillajes compiten por el espacio en la peinadora, le encanta
usar mis perfumes para salir y no es extraño escucharla exclamar “¡Eso
te lo pondrás tu, es muy “mariquita” para mí!”.
La cosa es que el amor no viene con manual de instrucciones, se toca
de oído. No sabes de quien te enamorarás, si esa persona te
corresponderá, si habrá química o si la física de la relación llegará a
ser placentera. No sólo es el punto de quien usa las faldas o si me
pediste mi nuevo vestido sin permiso, no es ser travesti, hetero, gay,
bi o lo que el cuerpo te pida, no; se trata de amarse, de entenderse y
de crear una mecánica única e intransferible que sólo funciona para con
quien estás, que no puede ser copiada, prestada o aconsejada a nadie
más.
Si encontraste a quien amar, ámale con todas tus fuerzas, entiende
que no son iguales, no le pidas ser como tú, disfruta de sus
diferencias, ámale como si de eso dependiera tu vida como la conoces –porque así es–, nunca juzgues sin tener toda la información y no te
molestes si se estrenó ese vestido que guardabas para una ocasión
especial.
Las cuestiones del amor, sólo las sabe quien las vive.
-Contacto: sharom_lover@yahoo.com
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