Por Sharom Nadine
Me encanta ser mi propio juguete sexual.
Me encanta jugar conmigo misma, pero no sólo con mi cuerpo, aunque mi
piel cubierta por las confecciones femeninas es un divino excitante
natural para mí, pero la mayoría de este delicioso juego de ajedrez que
llamo sexo ocurre en mi cabecita.
Soy fantasiosa y soy una fantasía, hasta hacer el amor con mi pareja
comienza allí, empieza como una danza de ideas y deseos que se vuelven
acciones y que terminan en gemidos y orgasmos. Somos seres de sexo,
somos divas de las sabanas y maravillas femeninas que saben sentir como
hembras pero con la estámina de varones, somos celestiales criaturas
diseñadas para placeres terrenales.
Ya sea que prefieras la compañía femenina o desees el cariño
masculino, estamos hechas para vibrar ante la caricia y responder como
diosas al beso, para manchar la otra piel con carmín y deleitarnos
cuando nos bajan las bragas y nos suben la falda. Nuestro lenguaje es de
orquídea, nuestro olor es de azahar y nuestra espina es mayor que la de
la rosa, somos cuerpo y alma una exquisita contradicción que se vuelve
adicción para quien nos prueba, pero más que nada es una sed insaciable
para nosotras mismas.
Somos dueñas de nuestros deseos, princesas del placer propio y ajeno,
tan sólo vestirnos es una experiencia erótica, cada ritual es una danza
y está un paso más cerca del éxtasis, ¿Qué más puede decirse de un ser
que se excita más poniéndose ropa que quitándosela? ¿De una criatura
cuyo máximo fuego se enciende al simplemente dejarse ser ella misma? ¿De
una ninfa cuya mayor fantasía es que la vean siendo cómo es?
Disfruto jugar conmigo, tentarme y negarme el placer hasta que ya no
pueda más, coquetear conmigo en el espejo, más aún cuando sé que alguien
más disfruta del espectáculo. Me estimulo igual al entrar a una tienda
de ropa o una zapatería que al ver la más candente escena de un film
para adultos, y se me doblan las rodillas tanto más al ver a una mujer
maravillosamente vestida, que por verla desnuda en una foto de revista.
Si la gente al pasar supiera lo que pasa por mi cabecita cuando voy
por la calle jamás lo creerían, claro que si vieran lo que llevo bajo mi
ropa de hombre quizá tampoco darían crédito a lo que ven, esa es otra
forma más de jugar conmigo misma, de disfrutar con quien soy, de
excitarme con mi lado femenino.
Por eso me encanta ser mi propio juguete sexual y mi propio campo de juegos.
Link a publicación original: https://sharomtravesti.wordpress.com/2016/03/23/entrada-7-yo-soy-mi-sex-toy/
-Contacto: sharom_lover@yahoo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario