Ambos sexos se travisten.
La mujer, de por si, en nuestras culturas, adopta una postura travesti, la cual pasa desapercibida, vistiendo ropas de hombre, tomando su rol social, etc. pero las mismas fueron aceptadas por la sociedad en los últimos 30-40 años.¿Quien hubiera aceptado una mujer vistiendo pantalones y trabajando de taxista, por ejemplo, en los años 20 o 30? Apenas 3 décadas de los miles de años que tiene la humanidad.
Actualmente las mujeres se travisten con una impunidad relativa. Esto a veces es hecho por mujeres que pueden llevar ropa masculina por las razones de confort o moda. Nadie parece ser perturbado en particular y muchos piensan que realmente es "sexy" para una mujer llevar ropa de "hombres"
En el hombre a menos que el individuo travesti sea suficientemente talentoso como para parecer convincente, el travestismo merece el rechazo social.
Si bien la sociedad también cambió las pautas de comportamiento esperado para el "macho", ya que ahora pueden tomar roles laborales mas femeninos, encargarse mas de la casa, tareas domesticas, cuidados del bebe e hijos, etc. Todavía se espera de este un comportamiento mas rudo, mas activo y que "lleve los pantalones bien puestos".
El travesti, no reniega de esto último, al contrario, lo hace y con gusto, pero eso no quita que prospere en su interior, por distintas razones, un afán de lucir ropa femenina en periodos de tiempo relativamente escasos a sus quehaceres cotidianos en su actividad masculina.
Por consiguiente, el travesti es un hombre feliz de serlo y no reniega de si mismo.
Por consiguiente, el travesti es un hombre feliz de serlo y no reniega de si mismo.
El inicio de estas actividades comenzaría en la infancia, generalmente entre los 2 y 4 años; sólo un pequeño grupo de niños desarrollará en la edad adulta trastornos de la identidad sexual. Otros en etapas avanzadas de la adolescencia y de la vida adulta, sobre todo cuando han tenido el antecedente de trastornos de la identidad sexual en la infancia.
A veces, el uso de las ropas es constante y puede existir una prenda predilecta. Algunos llevan un solo artículo de ropa femenina bajo la ropa masculina.
Frecuentemente se representa como un problema médico o psicológico para los hombres que lo realizan. Probablemente el problema real es la disponibilidad limitada de información sobre el asunto.
Normalmente los travestidos son hombres heterosexuales y el transvestirse es parte de su acto sexual. Sin embargo, hay también travestis homosexuales y su porcentaje en la comunidad travesti está igual que el porcentaje del homosexual en la población normal. Individuos homosexuales que se travisten no son considerados necesariamente fetichistas.
Un travesti típico sería un hombre que parece bastante normal en todo momento cuando él no está travestido, fuman pipas, beben jarras de cerveza, habla con voz grave e incluso dice chistes machistas.
Es importante conocer el significado del término Transgenérico que se usa para alguien que apunta a cambiar mucho más que su apariencia. Ellos intentan emular el habla y los modales femeninos. El uso de la ropa no tan significante para ellos como el cambio en la personalidad y comportamiento que esto les trae. El 'vestirse', le permite al hombre desplegar los aspectos más femeninos de su personalidad, expresar su lado sensual, delicado, gracioso, fino, suave y tierno. Con suerte les gustaría vivir alguna parte de su vida desde un punto de vista femenino y muchísimo más apreciar la asociación y aceptación de las mujeres.
Pueden comportarse estereotípicamente con la moda masculina pero esta conducta puede ser bastante femenina cuando están vistiendo ropa femenina.
Las categorías varón y mujer –basadas en criterios anatómicos– no son ni universales ni conceptos válidos para un sistema de clasificación de género. La categoría de tercer sexo y tercer género (transgenéricos) viene a impugnar el dimorfismo sexual. Es un intento orientado a comprender cómo, en determinados lugares y momentos históricos, la gente construye categorías no solamente sobre la base de un cuerpo natural sino también sobre la base de lo que Garfinkel (1967) llama”genitales culturales”. Se refiere a quienes trascienden las categorías de varón/mujer, masculino/femenino y pueden ser agrupados en categorías ontológicas, identidades, tareas, roles, prácticas e instituciones divergentes que han resultado en más que dos tipos de personas, como dos sexos (varón y mujer) y dos géneros (masculino y femenino).
Hay una tendencia a borrar el tercer género, para destinar travesti "como" uno de los dos sexos, no ver al travesti excepto como varón o mujer, está motivado por designios sociales, culturales, o estéticos. Y esta tendencia podría llamarse una subestimación del objeto.
Uno de los aspectos más importantes del travestismo es la manera en la que ofrece un desafío a las nociones del pensamiento binario ("mujer" y "varón") y toca preguntarse si son consideradas esenciales o construidas, biológica o culturalmente.
El hombre/mujer binario, una clara distinción (en ojos contemporáneos, por lo menos) entre "esto" y "aquello", "él" y "yo", se puso en cuestión o bajo la lupa en el travestismo, del que una de las funciones más consistentes y eficaces a nivel cultural y social es indicar el lugar de "la crisis categórica".
Las crisis de categoría pueden marcar desplazamientos del eje de clase, de la raza, hacia el eje de género. Como veremos, las leyes del santuario que regularon el vestido para cada clase social en la época medieval y el Renacimiento Europeo vino rápidamente también a regular los códigos para la vestimenta de los hombres y mujeres actuales. Una vez más, el travestismo era el espectro que emergió para marcar y sobredimensionar esta crisis de cambio social y económico. En textos tan variados como Peter Pan y Yentl, en figuras enigmáticas como Elvis Presley, George Sand y Boy George, la crisis de categoría y su resultante "efecto travesti" enfoca la ansiedad cultural.
El hecho de transvestirse no sólo es constitutivo de cultura, también, por el mismo mecanismo represivo, una postergación y un desplazamiento, en los términos de Lacan "una única y firme revelación del sujeto en que hay algo indefinido, en el que el sujeto está perdido por un momento, y explota", este fenómeno puede considerarse como parte del mecanismo. Transvestismo trata sobre confusión del género. Transvestirse es sobre la ansiedad de la dislocación económica o cultural, la anticipación o reconocimiento de "otras necesidades".
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