miércoles, 28 de diciembre de 2011

Introducción

“Los comportamientos de la sexualidad integran el universo expresivo del ser humano, aún las que se manifiesten en forma no erótica”.
En un comportamiento sexual, y en muchos otros, las personas pueden hacer lo que deseen siempre y cuando no dañen a terceros, y que los que participen, lo hagan voluntariamente y con conocimiento de las consecuencias de sus actos tanto desde el marco legal, como moral y cívico.
Cuando hablamos de sexualidad nos referimos a los aspectos biológicos, psicológicos y sociales del sexo, de tal manera que la sexualidad remite a la fecundación, genética, hormonas, coito, reproducción;   también al aspecto psicológico, es decir, las sensaciones, percepciones y sentimientos; y también al aspecto sociológico como sería comportamientos, trabajo, ocupaciones, leyes, juegos, uso de ropas, manerismos, etc. La sexualidad es un aspecto inherente al ser humano, para algunos es fuente de placer y aceptación, y para otros origina problemas y conflictos de diversa índole; es todo lo que los seres humanos somos, sentimos y hacemos en función del sexo al que pertenecemos. La sexualidad humana constituye un conjunto amplio de manifestaciones de comportamientos y actitudes que fundamentalmente se estructuran por influencias culturales y sociales, más que por una determinación biológica.
Referirse al instinto sexual presupone la existencia de necesidades sexuales. Los primeros en estudiar las perversiones sexuales desviaron el carácter de patológicas o degenerativas, pero más tarde se dieron cuenta de que el hombre común integra en su vida sexual gran parte de esas limitaciones. No obstante, hay perversiones que se alejan tanto de lo normal que sí se consideran patológicas. Se acepta como desviación sexual a la acción tendiente a satisfacer los propios impulsos sin llegar a la unión genital con otro individuo o donde esta unión se ejecuta en condiciones que no pertenecen a la naturaleza del acto sexual; por lo tanto, se constituye en un tipo de comportamiento que interfiere total o parcialmente con la reproducción.
Para aquéllos  de nosotros quienes tienen que seguir una ruta menos perfecta en su desarrollo, los factores que decidirán si estamos totalmente contentos en nuestros trajes y pantalones o sentiremos la necesidad de usar de vez en cuando el lápiz de labios y las polleras son: sexo, género, identidad del género, rol del género y preferencia genérica.
 
Sexo: “Serie de características físicas, determinadas genéticamente que colocan a los individuos de una especie en un punto del continuo que tienen como extremos a los individuos reproductivamente complementarios”. Desde el momento de la fecundación, las células sexuales, el óvulo y el espermatozoide, al unirse determinan el sexo del nuevo ser, en la especie humana el espermatozoide es el que determina el sexo y de ahí derivan las características sexuales primarias y secundarias de las personas, los órganos sexuales femeninos y masculinos, llegando a su máximo desarrollo en la pubertad.

Sexo de asignación: Es un elemento completamente biológico de nuestra identidad sexual; es decir, los cromosomas, hormonas y genitales que lo hacen nacido hombre en términos físicos y le permitirán madurar en el papel masculino en el acto sexual años más tarde. Esto es verdad en la mayoría de los casos, pero algunos de nosotros se mueven en el ámbito completamente biológico y en las otras áreas no-físicas, los factores de influencia se vuelven  más numerosos y menos claramente definidos.  
 La asignación del sexo se hace en función del aspecto de los órganos sexuales externos del recién nacido, ésta la hace el médico y/o familiares en el momento del nacimiento y se traduce en una serie de actitudes y conductas de los que le rodean, condicionando a su vez actitudes y conductas esperadas.

 Género: Red de creencias, rasgos de personalidad, actitudes, sentimientos, valores, conductas, y actividades que diferencian a las mujeres y los hombres, como producto de un proceso histórico de construcción social”. Esto último implica la transmisión y aprendizaje de normas que informan a la persona de lo que es obligado y lo que es o no permitido.
El género está  relacionado con sentimientos, pensamientos, comportamiento y fantasías relacionadas al sexo y no debido a la biología simple, las variaciones, las áreas grises y las incertidumbres pueden multiplicarse rápidamente. El cuadro es más  complicado por la idea de cada sociedad de lo que es apropiado para hombre y mujeres y por qué señales, pistas, premios o castigos que les han sido dados  sobre ser 'hombre o mujer' desde que  nació como una página en blanco en donde otras personas e influencias escribirían.  
El transgénero acoge a gays, lesbianas, transexuales, travestis, andróginos, intersexuales, hermafroditas, queers (torcidos o extraños) y a una multiplicidad de rasgos, modalidades, estilos, conductas y todo comportamiento que signifique rechazo de ordenamientos sexuales que se consideran inamovibles y establecidos. Se incluye la existencia de personas que reconociéndose transgenéricas no desean ser identificadas como hombres o mujeres.

Identidad genérica: “Es la vivencia psíquica y emocional, obtenida mediante el proceso de identificación, de pertenecer al sexo masculino o al femenino”. Un bebé, a los cuatro meses, si se ve en un espejo o su fotografía, no se reconoce, pues aún no desarrolla la imagen o identidad corporal propia. Algo semejante ocurre en cuanto a la posibilidad de reconocer la existencia de dos tipos de seres humanos: las niñas y los niños; por lo tanto a esa edad no le es posible establecer a qué grupo pertenece. Cuando reconoce la existencia de estos grupos y siente y sabe que pertenece a uno de ellos se dice que ya adquirió su identidad de género. Dicho en otros términos es la sensación personal e íntima que todos tenemos de ser mujeres u hombres. Investigadores como Money han estimado que esto sucede a partir de los 18 meses de edad, aunque esa identidad está basada en aspectos superficiales, tales como la ropa y los juguetes. Sin embargo otros autores dicen que es hasta los cuatro años cuando ya existe un concepto de permanencia de identidad de género  Para la mayoría de las personas el problema es pequeño. La mayoría de los niños tendrá la firme convicción que son indudablemente un muchacho o una muchacha por encima de los tres años, y esta convicción sobre su 'identidad de género' quedará constante para el resto de sus vidas.  
La identidad de género remite al ser hombre y ser mujer y se encuentra en la base del sistema de sexo, construyéndose por referencia al otro. Este sistema asigna identidades y define la relación entre los géneros, pero a su vez, cada sujeto asume los elementos de la identidad asignada y le va añadiendo elementos optados, de modo que la identidad del sujeto se construye a partir de la experiencia vivida, su identidad está siempre en interacción con el mundo, situada en los espacios definidos por la cultura. La identidad de género resulta de un proceso de socialización donde los sujetos no nacen miembros de una sociedad, sino con una predisposición hacia la sociabilidad para luego ser miembros.

Rol genérico: “Es el comportamiento que los individuos adoptan por los requerimientos sociales en función de su sexo”. Se establecen desde pequeños y son diferentes para cada sexo: ropa, juguetes, juegos, trato, actitudes, gestos, lenguaje, empleo, etc., esto es producto del condicionamiento social y la educación. Se esperan ciertos comportamientos sociales apropiados para las personas que poseen un sexo específico, es la estructura social la que prescribe la serie de funciones de hombres y mujeres como “propias o naturales”. Esto está establecido y normado, y llega a heredarse por generaciones.
Es decir, todo lo que una persona dice o hace indica a otros a qué grado es 'hombre' o 'mujer', y  podría hacerse una regeneración para ajustar su propia identidad del género. Hay un rol de género aceptable obviamente en cada sociedad y los hombres aprenden sus papeles del género aceptables y los hombres particularmente aprenden un rol de género aceptable y lo internalizan desde los primeros años de vida.

Preferencia genérica: Es el gusto o la preferencia para relacionarse afectiva y/o eróticamente con las personas, y ésta puede ser heterosexual cuando la atracción es hacia personas del otro género, homosexual cuando la atracción es hacia personas del mismos género y bisexual cuando la atracción es hacia personas de uno y otro género indistintamente.
La preferencia genérica en hombres y mujeres no se distingue por aspectos o manerismos especiales, La persona travestista es la que obtiene placer, no solo de tipo erótico sexual; usando ropa, accesorios, lenguaje y manerismos considerados como del otro género  en una sociedad y momento determinados.
El transexualismo es “la discordancia entre el genotipo y fenotipo con la identidad genérica, sin alteraciones genéticas u hormonales” y no se relaciona con la homosexualidad.

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