UNA MINORÍA SEXUAL EN PSICOTERAPIA
(los travestis heterosexuales)
VICTOR VELASCO*
Los travestis heterosexuales son hombres cuya existencia es desconocida por la mayoría de la población, incluso, negada, ya que generalmente se asocia al travestismo con la homosexualidad y se piensa que no hay un hombre al que le guste vestir como mujer y, al mismo tiempo, mantenga su atracción erótica y afectiva por las mujeres. Por ello, estos hombres que en su mayoría descubrieron esta afición cuando tenían entre 5 y 10 años de edad, se sienten solos y, muchas veces, culpables. Sus historias son parecidas y al mismo tiempo diversas. Uno de ellos lo descubrió cuando se puso las zapatillas de su mamá, otro cuando se puso las pantaletas de su hermana y uno más cuando, jugando, su novia o esposa le hizo ponerse sus prendas.
Al principio, como niños, descubrieron que les resultaba excitante usar la ropa de alguna familiar. Sin embargo, ya habían introyectado los roles sociales lo suficiente para darse cuenta que era algo que debían callar, pues la familia, especialmente los varones, no lo aprobarían. Aunque algunos de ellos eran vestidos por mamá, las primas o las hermanas, y por lo tanto se les festejaba.
Al llegar a la pubertad, se sintieron muy confundidos, porque el entorno social les había enseñado que, quienes se visten de mujer lo hacen para atraer a hombres y porque desean ser amados por ellos. Sin embargo, en su caso no era así, porque además de lo excitante que les resultaba el uso de ropa femenina, sexualmente les gratificaban las mujeres y no se sentían atraídos por los hombres. Se encontraron así sin un marco de referencia o un grupo social en el cual incrustarse en función de su afición.
Debido a la introyección de los valores sociales que denigran lo femenino y lo que socialmente se identifique como afeminado, la mayoría se sintió muy mal por tener este gusto y empezó a vivir en lo que uno de ellos llamó "un círculo neurótico", en el cual robaban o compraban ropa femenina y luego de ponérsela y masturbarse, se la arrancaban de inmediato para guardarla o quemarla, jurando no volver a repetir la situación, hasta que la ansiedad por hacerlo de nuevo se imponía y volvían a hacerlo.
Algunos psicoterapeutas a los que consultaron, contribuyeron a su infelicidad al asegurarles que era una "enfermedad" que debería y podría ser erradicada y que lo sería si ellos ponían "suficiente fuerza de voluntad". Los que iniciaron tratamientos al respecto sólo pudieron terminar decepcionados de la terapia y de sí mismos, ya que no pudieron lograr la desaparición de esta expresión, pese a sus esfuerzos y gastos de tiempo y dinero.
Después de la culpa, llegó para ellos el momento de aceptar que su impulso era muy poderoso y que sería imposible desterrarlo, por lo que decidieron aceptarlo como parte de sí mismos. Alguno optó por salir trasvestido a la calle durante la madrugada, otro salió a la calle en la seguridad de su auto, manejando, mientras usaba zapatillas y vestido, uno más alquilaba un cuarto de hotel y allí se travestía.
Finalmente, algunos de ellos pudieron enterarse de la existencia de un grupo creado para apoyarles en el reconocimiento de su trasvestismo y llegaron así a CRISÁLIDA, grupo que el autor de estas líneas coordina y que fue concebido, no para curar lo que no es una enfermedad, sino para dignificar una expresión humana desconocida por el gran público y por muchos profesionales de la conducta.
En la experiencia de casi dos años de trabajar con éste grupo se basa este artículo que hoy comparto con mis cólegas, esperando contribuir a la mejor atención de esta minoría sexual.
Para leer el articulo completo visita la siguiente pagina:
http://www.cecash.org.mx/diversidad-sexual/58-transgenero/62-travestis-heterosexuales.html
Cuando vemos la tv ojeamos revistas o tenemos contacto con un medio de comunicación creemos que el mundo a evolucionado y que tantas y distintas tendencias son aceptadas pero no es cierto y menos en latino america.
ResponderEliminarInvito a un acto de reflexión y preguntarnos, somos buenos padres, hijos, hermanos, tios, sobrinos, amigos, si lo somos y con nuestros gustos no dañamos a nadie entonces hay que sentirnos orgullosos explorarlo y disfrutarlo, cero culpa
La sociedad nos subyuga pues seamos mas inteligentes mas astutos y disfrutemos cero culpa y sin egoísmo Dios no nos manda ala tierra a sufrir el humano es el que nos hace sufrir. Cuantos que nos señalan mueren por ser como nosotros piénsalo.
Crossdresser power!!! Utilicemos lo mejor de nuestro entendimiento de ambos sexos para mejorar nuestras vidas, sin pena, sin prejuicios!
ResponderEliminarvisiten: http://lixie-crossdressing.blogspot.com/