jueves, 29 de diciembre de 2011

El travestismo en la religión

Se creía que en los ritos de la fertilidad realizados por los cananeos donde la finalidad de aumentar la fertilidad de la tierra se lograba mediante el intercambio de vestimentas entre hombres y mujeres. Las evidencias para este tipo de intercambio son prácticamente inexistentes. Con todo, sabemos que la diosa Anat figura en los documentos actuando como un hombre y vistiéndose como uno de ellos.
También encontramos evidencias claras relacionadas con el ritual ofrecido a la diosa a Ishtar por parte de los travestis de babilonia. Se creía que el ritual de cambio de sexo se producía como resultado de un cambio de sexo y el cambio de ropa resultante se practicaba cuando los hombres eran castrados.
Entre los hititas también hay evidencias de practicas rituales por parte de travestis con exclusiva participación masculina cuya la finalidad era eliminar la feminidad en el hombre y la de restaurar su masculinidad. Otros encuentran en la legislación bíblica que estamos comentando un rechazo a los rituales homosexuales que se practicaban entre los paganos.
La cultura  Judío-Cristiana es una de las pocas que reprime a travestis y transexuales. En algunas otras culturas se los venera como personas espirituales. ¿Por qué? Porque la religión y la cultura nos han programado de alguna manera para despreciar a aquéllos que son diferentes. 
Deuteronomio 22:5 dice: "La mujer no debe usar ropa de hombre, ni el hombre debe usar ropa de mujer, porque al Señor repugna a cualquiera que hace estas cosas". Al considerar esto, uno necesita remontarse a la época en que el antiguo testamento fue escrito. 
La mayor parte de los estudiosos interpretan esta disposición como resultado de las prácticas del travestismo que había entre los israelitas, enemigos de los judíos, es por esto que dicha práctica fue proscrita por la sociedad judía. (Otras leyes escritas entonces serían inconcebibles hoy en día. Entre ellas: mujeres apedreadas hasta la muerte por cometer adulterio (los hombres no eran castigados), y una prohibición contra comer carne de cerdo y  algunas otras comidas.) 
Hay tres cláusulas en este pasaje.  
(1) el artículo de un hombre no estará en una mujer; 
(2) y un hombre no llevará el vestido de una mujer; 
(3) quienquiera hace semejante cosa es aborrecido por Dios. 
Esta situación puntualiza una vez más que al final lo que vale es el significado que tiene el texto en sí mismo. Considerémoslo.
Primero, la prohibición fue cuidadosamente planteada: "La mujer no llevará artículos de hombre”. La palabra hebrea traducida por "ropa" (kali), idea que incluye más que lo abarcado por la palabra ropa, podría ayudar a la comprensión del texto. El énfasis está en la vestidura que distingue a un hombre de una mujer. "Ni el hombre debe usar ropa de mujer”. El término hebreo simlah, (manto, funda, envoltura") hace referencia a una pieza de ropa de forma rectangular que se utiliza como envoltura. Dicha vestimenta también era utilizada por los hombres con la diferencia, de acuerdo a las autoridades que las utilizadas por el sexo femenino eran hechas de un material más fino y de colores más vistosos adornados con un bordado que las caracterizaba.
Segundo, el contexto está formado por una colección de diversas leyes relacionadas con varias acciones a la persona. El mayor énfasis parecía estar en el respeto que debía haber por las personas y sus correspondientes propiedades incluyendo también a la naturaleza. En efecto el elemento unificador estaba en el respeto por el orden social y natural establecido por el Creador. En este aspecto no hay nada que lo relacione con las prácticas rituales paganas.
Tercero. Existe otra razón para la prohibición que estamos comentando. El Señor "detesta" a la persona que hace esas cosas. Aquí hay un elemento que se considera ritual. El término detestable/abominable/repugnante es utilizado en otras citas para referirse a las actividades religioso-paganas las cuales Dios rechaza. También se las utiliza para hacer referencia a determinados comportamientos que son detestables para el Señor (véase Deut. 24:4; 25:16).
La legislación que estamos considerando no responde a las influencia de las culturas antiguas que tiene valor relativo para nosotros, sin embargo están fundamentadas en principios que son relevantes para el cristianismo actual. Dios es un Dios de orden y en la creación él estableció límites con la finalidad de mantener el orden instituido por él. La diferencia entre el hombre y la mujer fueron establecidas en la creación cuando la raza humana fue definida como "hombre y mujer". Cualquier factor que altere dicha distinción es rechazada por los escritores bíblicos. En este contexto, en el ambiente israelita sería un rechazo al travestismo del ritual pagano, pero, el principio no debe limitarse exclusivamente a esta expresión por cuanto está basada en el orden de la creación. Esto por supuesto que produce un efecto que también nos alcanza. Cada cristiano debería vestir de un modo que mantenga claros e inalterables la distinción entre los sexos. Los detalles acerca de la implementación de los principios que estamos destacando es algo que, en una sociedad bastante compleja, debería ser determinado por el creyente en comunión con su Dios. En una cultura en la cual la sociedad define la manera de vestir de la gente, los cristianos debemos ser muy cuidadosos al escoger las vestimentas que sean compatibles con nuestros principios y valores.


La opinión de la iglesia
El hecho de padecer alguna anomalía sexual (es decir experimentar la inclinación anómala) no significa necesariamente un pecado, a menos que haya sido adquirida voluntaria y libremente por repetición de actos viciosos. Sin embargo, quien la padece está obligado a reprimirla, al igual que el hombre normal debe reprimir sus instintos desordenados. Si no es consiente de sus inclinaciones y las combate, no hay pecado; en caso contrario, sí.   
Dentro del matrimonio siguen valiendo los conceptos anteriormente dichos, y cuando esta actitud es pecaminosa se agrava con la malicia propia de la infidelidad (un cónyuge se debe al otro en cuerpo, afecto y pensamiento).

Full of feminine power and presence...

Travestismo Femenino

La supuesta superioridad del discurso masculino ha dado lugar a un nuevo fenómeno producto de la imitación obligada del llamado sexo fuerte: "El travestismo femenino". En una investigación hecha en 1991, se observó cómo las mujeres que querían desempeñarse en cargos gerenciales o de alto nivel profesional debían lucir trajes con chaquetas, maletines y abandonar los escotes, las carteras, las faldas cortas y el maquillaje. Debían impostar la voz y no dejar rastro alguno de que detrás de esa imagen se encontraba una mujer.
Se analizó también en este grupo los potenciales factores depresivos propios de la mediana edad femenina, que se podían agregar a los tradicionales ya detectados de la menopausia, el nido vacío (hijos que al crecer dejan el hogar), o los típicos roles conyugal, maternal y de ama de casa. Si bien el grupo de mujeres investigada no cumplía con los rasgos de depresión tradicionales, no se mostró exento de tal padecimiento. A pesar de encontrase protegidas a partir del desempeño de roles no habituales, el factor depresivo encontrado en estas mujeres fue el llamado "techo de cristal" dentro de la propia carrera laboral. "Es un tope invisible que impide a las mujeres seguir avanzando. Ese techo tiene una doble inscripción objetiva y subjetiva; por un lado, las mujeres desde su temprana subjetividad construyen los rasgos invisibles que permiten cristalizar el límite y por otro lado existen factores que ofrecen resistencia a ese techo pero se topan con una cultura que impone formatos patriarcales a las carreras laborales. El travestismo es un ejemplo del techo de cristal, ya que por adscribir a rasgos masculinos, las mujeres se veían obligadas a ceder en su identidad sexual y muchas se negaban. Las que pretendían recuperar parte de sus atributos femeninos, volviendo a las faldas, quedaban expuestas a ser rápidamente tomadas como objetos eróticos."

El travestismo femenino en la Historia
Aunque es muy difícil de conseguir un número real de mujeres que se travistieron durante el Renacimiento, hay archivos de mujeres que lo hicieron y fueron castigadas por su trasgresión. Era dolorosamente obvio que existieron dos géneros, uno de ellos secundario al otro. Transgredir este límite social era usurpar las ventajas del sexo privilegiado. El estado reguló el código del vestuario en escenas urbanas en la temprana Inglaterra moderna para mantener a las personas en su lugar social apropiado. Violar esto era una trasgresión de orden social. Se escribieron dos panfletos  polémicos en 1620 que esclarecían el debate. Hic Mulier, (La Hombre-mujer) qué es, de hecho, el latín incorrecto para "esta mujer". El autor usó la forma masculina del adjetivo intencionalmente con el nombre femenino que significa "esta mujer varonil". Ésta es una condenación del travestismo femenino, y el autor se refiere a estas mujeres como "mitad bestia/mitad monstruo, pero todo odio, todo  diabólico". Él denuncia que esa mujer masculina ha hecho "la Admiración como un Asno y lo engañó con una deformidad nunca antes soñada". En contestación, alguien escribió, en el mismo año, Haec Vir, (El Mujer-hombre) qué es el latín incorrecto para "este hombre". El autor recíprocamente usando la forma femenina del adjetivo y el nombre masculino que significan "el hombre femenino¨. Jean Howard indica que la mayoría de las mujeres que fueron aprehendidas por travestirse entre los años 1565 y 1605 también se las acusó de prostitución. Está claro a través de los documentos de la corte que la clase decidió el castigo de hecho por el travestismo. Las mujeres de clase bajas como Johanna Goodman, en 1569 fue azotada y encarcelada por vestir como un sirviente masculino, mientras Dorothy Clayton, una solterona, en 1575 fue humillada simplemente y entonces se envió a la prisión. 
Sin tener en cuenta la amenaza de castigo, varias mujeres se travistieron, la decisión de alterar su vida  tan radicalmente y el cambio tan abrupto, sus motivos deben ser considerados. Dekker y Van de Pol recogieron datos de mujeres travestidas en Europa entre los años 1550 y 1839. Ellos admiten que su información puede corromperse ligeramente, cuando se recuperó de los viejos documentos y transcripciones de la corte y de muy pocas escrituras personales de las mujeres. Sin embargo, ellos encontraron 119 casos, y descubrieron algunas razones interesantes del por qué las mujeres se travistieron. Encontraron una común generalidad en la mayoría de las mujeres que se travistieron venían de las clases bajas de la sociedad y de  casas destruidas, o por causa de muerte o riñas familiares. Además, lo dividen en cuatro categorías: Motivos románticos, motivos Patrióticos, motivos Económicos, y Criminalidad. 

Motivos románticos 
Mujeres se ponían ropa de  hombre para quedarse con su amado o marido durante un tiempo de separación prolongado. Por ejemplo, Maeyken Bloom, en 1611 acompañó su marido, marinero en la guerra, en su nave. Cuando ella fue descubierta, fue sacada de la  nave, terminó en prisión. Su marido incurrió en el costo de su castigo. Por otro lado,  otras mujeres vestían de hombres para escapar de su marido a quienes odiaban.  

Motivos patrióticos 
Muchas mujeres se alistaban como soldado o marinero ayudar a defender sus patrias. En tiempo de guerra, había un marcado aumento de travestismo por motivos Patrióticos y Románticos.  

Motivos económicos 
Aunque la caridad pública ayudó a las mujeres más que a los hombres en ese entonces, no ayudó a las mujeres saludables sin hijos. El travestismo abrió algunas puertas relacionadas con el trabajo que de  otro modo estaba cerrado a las mujeres. Las mujeres entraron en la prostitución, se alistaron como soldados o marineros, en secreto y trabajaron como aprendices. 

Criminalidad 
El travestismo llevaba a la  criminalidad de las mujeres, o las mujeres se travestian para poder escaparse en su actividad delictiva. Allí se documenta casos de todas las posibilidades. Porque no se permitieron a las mujeres estar en  las calles públicas, ellas no podrían realizar actividades delictivas. Algunas, pero pocas, de las mujeres se convirtieron en criminales después de travestirse, y algunas se travistieron para esconderse de las repercusiones de su conducta delictiva. Muy pocos, sin embargo, se volcaron a una vida de crimen después de travestirse por otras razones. La historia asombrosa de Hamburg, Alemania, Trijn Jurriaens "leída como una novela picaresca". Ella era una delincuente de tomar y huir, pero  lo tomó al extremo, volviéndose el tema de varias canciones populares. Ella cortejó a otra mujer, quizás para ser el destinatario de regalos y dinero e intercambió promesas de matrimonio con esta mujer, y cuando estaba cansada de su supuesta  novia, pretendía que tenía que volver a la casa de su familia, y en cuanto su novia estaba fuera de vista, cambiaba a su ropa  femenina y volvía a la ciudad. Ella fue descubierta en otro crimen cuando intentó esconder el cadáver de una vieja solterona que había dejado toda su fortuna a la iglesia. Ella había pretendió ser esta mujer muerta mientras un amigo gastaba su fortuna. Le enviaron a una prisión en donde tenía que llevar ropa de hombre durante  dos años.  

Laura Lenley

Desert Bloom by Laura Lenley
Desert Bloom, a photo by Laura Lenley on Flickr.

El travestismo en la cultura

El deseo de algunos hombres de vestir las bonitas y delicadas prendas de las mujeres no es un problema de nuestra época, ni nuestra cultura. Es un fenómeno que se ha presentado desde la antigüedad hasta el presente y ha tenido adeptos en todas las culturas y formas de vida. En numerosas sociedades primitivas, el varón que decide abandonar su papel masculino para vivir su vida de una manera femenina era considerado como una persona sabia y de extraordinarios poderes
En muchas sociedades los travestis son considerados como seres no definidos y, por tanto, anormales, y son repudiados al ser una amenaza para los esquema de clasificación; sin embargo, en ciertos países el travestismo parece ser mas aceptado.
También el travestismo puede tener funciones rituales: en muchas festividades y celebraciones el mundo se presenta al revés; entonces se pueden ver que los hombres se visten de mujeres. Tal es el caso del carnaval de Río o, en el Ecuador, en el caso de la fiesta de la "Mama negra", en Latacunga.
En Japón, los célebres actores del teatro Kabuki que se especializan en la representación de los personajes femeninos, son entrenados desde pequeños, y con frecuencia, viven como mujeres para conservar la sensibilidad que exige su actuación y los japoneses lo consideran perfectamente normal.
Entre los indígenas norteamericanos Crow, el antropólogo norteamericano Lowie, reportó en 1937 la existencia de los Berdaches, personas que pertenecían a un tercer sexo, pues eran genéticamente hombres que dejaban de efectuar actividades masculinas como cazar, luchar en guerras y asumían un papel más bien ambiguo. Se vestían y hablaban como mujeres, hacían crecer su cabello como mujeres y se dedicaban a la cocina y a la costura. Algunas actividades rituales se las dejaba solo para ellos. Los berdaches eran shamanes poderosos; algunos de ellos tomaban a ciertos hombres como esposos y eran altamente respetados en su comunidad. En esta misma comunidad, algunas mujeres pasaban a constituir un cuarto sexo, se convertían en shamanes poderosas y adquirían esposas.
Quizás uno de los ejemplos más dramáticos de la manera en la cual la definición de lo que constituye el género de una persona es de tipo social-cultural está dada por los Nandi de Kenia. En este grupo de pastores africanos los hombres dominan la sociedad y la economía, y el ganado y la tierra son la principal fuente de riqueza. Los Nandi son guerreros famosos y se enfrentan constantemente entre sí; los hombres más respetados tienen muchas propiedades, y varias mujeres. En contraste con la importancia y poder de los hombres, los derechos de propiedad son muy limitados entre las mujeres Nandi, y la mayor parte de los animales son de los hombres que los reciben de su padre como herencia o como regalos. Cuando las mujeres se casan, se incorporan a la familia de su marido y su identidad pasa a ser la de esta familia; sus hijos tienen únicamente la identidad y la propiedad que procede de esta familia. Cuando una mujer deja a su marido, o el marido la devuelve a su familia por cualquier razón, muchas veces debido a que no puede tener hijos, ella no tiene ningún derecho sobre los animales que ella cuidaba, pues estos son de sus hijos, pero están a cargo de la mujer hasta cuando los hijos crezcan.
Dada la manera en la cual está organizada esta sociedad, una mujer que no tiene marido tendrá problemas al no poder conseguir un estatus social y no podrá obtener ningún tipo de propiedad. Entre los Nandi se ha desarrollado una institución que permite a la mujer que no ha logrado sobrevivir, mantener una posición respetable en la sociedad; estas mujeres se convierten en "hombres". Esto no quiere decir que ellas se hagan una operación y cambien de sexo, ni que se vuelvan lesbianas, ni siquiera que cambien todos los aspectos de sus vidas diarias. Las mujeres-marido dejan de hacer muchas de las actividades que realizan las mujeres del grupo y, como los hombres, ellas tienen el derecho de asistir y hablar en reuniones públicas. Aunque se pueden casar con mujeres, no tienen relaciones sexuales ni con hombres ni con mujeres. Sin embargo, sus esposas pueden tener amantes, y los hijos de estas serán considerados como parte del clan de la mujer-marido.

Silk shirt & pencil skirt

Silk shirt & pencil skirt by Gina Stone
Silk shirt & pencil skirt, a photo by Gina Stone on Flickr.

Un poco de Historia

El comienzo de los estudios dedicados al travestismo es un indicador de los procesos históricos que coadyuvaron en la creación de la actual clasificación de las nominadas disforias; nomenclatura que forma parte del conflictivo que la idea del transgénero inauguró en la década del 80.
Magnus Hirschfeld, médico alemán, sexólogo e investigador, fundó en Berlin, en 1918, el Instituto de Investigaciones Sexuales; dicho Instituto que guardaba historias clínicas e investigaciones, disponía también de una biblioteca que contenías más de 20.000 volúmenes especializados en sexualidad. Todo ese material fue destruido por los estudiantes nazis en 1933.Según los rumores, esos archivos contendrían una excesiva cantidad de datos acerca de jerarcas del nazismo
Organizó, junto con Havelock Ellis y con Forel el Primer Congreso de Reforma Sexual , realizado en 1921; le siguieron los Congresos de Viena, en 1930, y la Fundación de la Liga Mundial de Reforma Sexual, que se acompañaron con la publicación de sus primeras obras acerca de homosexualidad (1920), de prácticas sexuales no habituales (1933) y otra referida a las perversiones (1938).
Se proponía elaborar una sociología sexual, en la cual los problemas éticos, criminológicos y legislativos ocupasen un lugar significativo. Coincidiendo con Forel, pensaba que no deberían existir problemas entre la "higiene sexual" (así se la denominaba en aquella época) y la ética sexual.
Hirschfeld había avanzado más aún: libró una batalla contra el artículo 175 del antiguo Código Penal alemán que condenaba con cinco años de prisión a los homosexuales. En 1903 llevó a cabo la primera encuesta sobre homosexualidad y heterosexualidad, dirigida a 3000 estudiantes varones y recibió 1756 respuestas. Inmediatamente convocó a obreros metalúrgicos con el mismo criterio y obtuvo el 40% de las respuestas. El escándalo que provocó con ambas encuestas le costó una multa de 200 marcos (o bien diez días de cárcel).
H. Benjamin (1996) otro estudioso dedicado al tema, narró las visitas que en 1920 realizó a Hirschfeld en la clínica que éste dirigía; allí se encontró con travestis que raramente asistían para tratarse pero que recurrían a la ayuda del director para procurarse el permiso que debían presentar ante el Departamento de Policía de Berlín. Era necesario llevarlo consigo para vestirse como mujeres y de ese modo aparecer en público. En la mayoría de los casos, este permiso se otorgó porque estos pacientes afirmaban que no tenían intención de emprender un crimen aprovechando el disfraz, e Hirschfeld consideraba que vestirse como mujeres resultaba beneficioso para su salud mental.
Un precedente clínico de la descripción de los travestis (1967) se produjo en 1870 y estuvo a cargo de W. Westphal quien se refirió al travestismo caracterizándolo como "forma de sentir sexualmente contraria", situación en la que "un hombre manifiesta una sensibilidad femenina y padece angustia cuando intenta refrenarse: la angustia cesa cuando logra expresar su manía"
Han transcurrido varias décadas desde esta descripción, sin embargo, es posible mantener el criterio original: "el travesti se siente absolutamente ajeno a su sexo; sus sensaciones como mujer o como varón (ya se trate de travesti masculino o femenino) los saturan completamente, sin que sea posible constatar en él algún signo de locura"
Havelock Ellis , inspirándose en las historias del Chevalier d´Eon de Beaumont, un conocido travesti en la corte de Louis XV propuso el término "eonismo" para la misma condición. Corresponde entonces recordar al Abate de Choisy, nacido en el castillo de Luxemburgo en 1644, durante el reinado de Luis XIII. Su madre, mujer brillante, tuvo un papel (no sabemos exactamente cuál) en la historia de las Ridículas del siglo XVII. Perdió a su padre muy temprano y su madre lo crió como mujer. Según se lee en la Presentación de sus Memorias (1987) (cuya autoría la editorial no aclara) a los dieciocho años, apenas tonsurado, consiguió la abadía de Saint-Seine. Dos años después se fugó y, vestido como mujer, durante seis meses acompañó a un grupo de comediantes. Por fin se instaló en Paris como la condesa de Barres. Sus memorias, editadas en 1735 cuentan cómo transforma paulatinamente sus hábitos en una vestimenta femenina que, entre complacencias y complicidades, era aceptada por el entorno.
El famoso texto de Richard Burton (1989), entre los centenares de descripciones alrededor de sus viajes por oriente, reproduce un texto de L. Daville donde se "describen las infamias de Lahore y Lajnau donde encontró hombres vestidos de mujeres, con flotantes rizos bajo sus coronas de flores imitando el andar, los gestos femeninos y su voz, guiñando el ojo a sus admiradores con la coquetería de las bayaderas."
Esta descripción coincide con un estilo de travesti "voluntariamente sexy, una aproximación atractiva porque representa ese tenerlo todo a mano, la pura sexualidad de tramoya, Cocteau y Man Ray se fascinaron por el delicioso Barbette y en la historia de la literatura se han descrito repetidamente verdades y mentiras acerca de ellos".

Heidi

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100201 (20), a photo by heidiphox100 on Flickr.

Mitos y malentendidos de los travestis

Todos los hombres que se visten como mujer son Gay.

Aunque no hay un estudio definitivo que haya investigado a la totalidad de la población transgénero, se sostiene que actualmente el número de gays/bisexuales travestis es similar al de la población en general, aproximadamente 10 por ciento. Esto significa que el 90 por ciento de los travestis son heterosexuales. Algunos travestis heterosexuales fantasean en tener sexo con hombres mientras ellos están vestidos de mujer, pero esto es solo una extensión de su rol "femenino". Si se tuviera que categorizar la sexualidad de estos hombres, el mejor término sería probablemente el de Bisexual. Sin embargo, muchos travestis prefieren tener sexo, o fantasear sobre sexo, exclusivamente con mujeres.

 

Las mujeres que tienen sexo con hombres travestis son lesbianas.

Muchas esposas de travestis dicen tener sexo con sus maridos cuando ellos están vestidos como mujer, por que es algo que sus maridos disfrutan y por que ellas los aman. Algunas dicen ser ambivalentes a la indumentaria femenina que sus maridos usan, y que ellas permiten que ellos las usen por que esto es importante para la relación. Algunas de estas mujeres podrían tener tendencias lésbicas o ser bisexuales. Sin embargo, el hecho que una mujer tenga sexo con un hombre travesti solo comprueba una cosa: que ella lo ama. De hecho, muchas esposas de hombres travestis reportan que una vez que sus maridos les han confiado y compartido su secreto deseo de usar ropas femeninas, toda la tensión y ansiedad que amenazaba el matrimonio parece disiparse. Los hombres se vuelven más atentos y cariñosos con sus parejas. Esto trae una razón adicional para que la mujer acepte al travestismo de su compañero.

 

Los travestis desean ser mujeres.

La mayoría de las razones para el transvestismo no involucran deseos de transexualidad, por ejemplo, el deseo de cambiar físicamente de sexo. Aunque algunos travestis disfrutan de manera general el usar ropas de mujer, la mayoría de ellos no viven sus vidas como mujeres, ni tampoco desean volverse mujeres. Simplemente desean ser como mujeres. Muy pocos travestis han optado por vestirse de mujeres todo el tiempo y vivir totalmente como mujeres, como por ejemplo, los transexuales, pero aún así estos hombres no tienen deseos de someterse a una cirugía de reasignación de sexo. Es verdad que antes de someterse a esta operación, un transexual debe travestirse y vivir como una mujer por un año o más. Durante este tiempo ellos por lo general reciben hormonas femeninas y sus características sexuales secundarias se marcarán definitivamente como femeninas. Estas personas se conocen como "transexuales pre-operados", y no deben ser confundidos con los travestis o los transgéneros.
La mayoría de los travestis, a diferencia de los transexuales, disfrutan el ser hombres. Como cónyuges ellos están felices de ser maridos más que esposas. Como padres ellos están felices en su rol paterno y no desean ser madres. Ellos se refieren a otras travestis como a "hermanas" con lo cual están reconociendo el nexo especial que comparten. También, la preferencia expresada por muchos travestis de ser reconocidos con pronombres femeninos y por adoptar nombres femeninos, se orienta más a su apariencia externa más que a su identidad básica de género.

 

Los hombres se travisten por que ellos fueron vestidos como niñas en su infancia.

Es cierto que muchos travestis refieren que su primera experiencia de travestismo fue cuando ellos eran niños jóvenes. Algunas de estas experiencias vinieron en la iniciación del mismo travesti, al jugar con fantasías infantiles que involucraban roles de género. Estos juegos fueron generalmente fuertemente rechazados por los padres. Algunas de estas experiencias fueron iniciadas por los padres u otros guardianes como forma de castigo. Muy a menudo, estos jóvenes travestis no manifestaban ningún otro comportamiento afeminado.
El Dr. Richard Green, MD de U.C.L.A. concluyó un estudio en el cual el siguió un grupo de jóvenes afeminados desde su temprana niñez hasta sus 20 años. Cuando niños, muchos de ellos fueron vestidos como mujeres. Sin embargo, ninguno de ellos desarrolló al transvestismo de adultos, mientras que pocos desarrollaron como transexuales y la mayoría desarrolló como homosexuales. El Dr. Green no indica si el afeminamiento de la niñez o el transvestismo causaron este eventual desarrollo.

 

Los travestis actúan como mujeres aún al usar ropas de hombre.

Debido a que muchos travestis temen ser descubiertos, ellos tratan concientemente de actuar tradicionalmente "Masculinos" cuando no estén transvestidos. Esto no es difícil para la mayoría de ellos ya que son por lo general hombres masculinos. Los travestis no son necesariamente afeminados. De hecho, los travestis no son ni más afeminados ni más masculinos que ningún otro hombre. Mientras estén con ropa masculina, los travestis no se identifican del resto de la población general. De todos modos, debido a que algunos travestis tienen un miedo que raya en la paranoia de que su secreto sea descubierto por otros, ellos por lo general adoptan manerismos masculinos exagerados, por ejemplo, el del "Hombre Súper Macho".

 

Los Travestis sufren de una disfunción sexual.

Mientras es verdad que el travestismo y el erotismo están fuertemente ligados para muchos travestis, el travestismo y la actividad sexual no están directamente relacionados. Todos los travestidos de hombre a mujer usan algunos artículos de indumentaria femenina que son símbolos de género femenino y se prestan a algunos manerismos "femeninas" que son conductas relacionadas al género. Por lo tanto, el travestismo es primariamente un asunto de género. Es incorrecto referirse a ello como disforia sexual a menos que el travesti sea incapaz de funcionar sexualmente a menos que esté transvestido.

 

El Travestismo es un desorden Mental.

Algunos travestis sufren de ansiedad mental, pero esta es el resultado de la culpa inapropiada que ellos sienten debido a que la sociedad desaprueba su comportamiento. Estos síntomas frecuentemente desaparecen o puede que nunca aparezcan si el travesti esta en un ambiente aceptante y tolerante. Si un travesti no está en un estado de significativo de ansiedad debido a su travestismo, entonces no se lo considera mentalmente alterado de acuerdo a la Asociación Psiquiátrica Americana.

A los travestis no les gustan las mujeres 
La verdad es que en lugar de alejarse de las mujeres, la mayoría de los travestis están casados o buscando una relación como cualquier otro hombre. "Hay alguna ventaja incluso de ser un travesti heterosexual," dice Dr. Stayton. "Cuando ellos se visten con ropa femenina se ponen a menudo más sensibles y comprensivos con las mujeres. Sus esposas tienden a encontrarlo deleitable y a menudo puede volverse un perfeccionamiento real de las relaciones matrimoniales". Sin embargo ese "perfeccionamiento" sólo puede darse si la mujer se siente cómoda con el travestismo ocasional de su marido. Muchas no lo hacen.

Se travisten para obtener satisfacción sexual 
La mayoría de los travestis revela que disminuye su tensión y  se relajan cuando tienen sentimientos relacionados con su travestismo. Sin embargo muchos revelaron que mientras eran adolescentes había un alto grado de excitación sexual relacionado al travestirse canalizado principalmente  a través de la masturbación. Cuando las hormonas se tranquilizaron y ellos alcanzaron la madurez el elemento sexual disminuyó y los sentimientos al travestirse eran muy diferentes".  "Nace desde muy temprano en ellos la asociación de la ropa con la  relajación y la disminución de tensión. Ello lo usan  a menudo para sentirse más tranquilos. Hay un elemento erótico en el travestirse. Muchos se travisten o fantasean sobre serlo para reforzar su goce sexual, pero esto no es necesario." 

 

Travestis siempre visten Ropa de Mujer                              

            De hecho, la mayoría sólo puede vestir una vez por mes o una vez cada seis meses. Muchos hombres no llegan al punto de vestirse totalmente pero sienten el mismo sentimiento de relajación con la ropa interior femenina bajo sus trajes. "Usted no puede imaginar cuántos políticos no pueden pronunciar un discurso en Congreso sin las bragas de mujeres,"  


Travestis tienen hábitos sexuales raros 
No más que la mayoría. Sin embargo para la mayoría de los travestis  sus vidas sexuales fueron reforzadas hasta cierto punto por el travestismo. "Aunque muchos lo negarán, hay un grado de excitación extra que viene con ser travesti  al hacer el amor pero muchas mujeres no se sienten cómodas con esto y  los hombres tienen que ser sensibles respecto a  eso y aceptarlo." 

Travestismo se desarrolla en la madurez
El travestismo empieza de  muy joven.  Muchos recuerdan que como preescolares  ellos tenían un cierto sentimiento cuando su Madre se estaba vistiendo. Muy raramente  se desarrolle en la madurez. 

Travesti se hace, no se nace 
La sabiduría convencional actual parece ser que ese travesti es resultado de la Naturaleza y  Nutrición. "Hay una influencia genética así como para todos nosotros hay cosas  que pasan de como seremos  sexualmente, si nos gustarán pelirrojos o las mujeres delgadas. Todos nosotros tenemos preferencias, pero la verdad es que no hay ningún hilo común y nosotros realmente no sabemos por qué pasa, 

Travestis son esquizofrénicos
En realidad los travestis exhiben ligeras alteraciones de personalidad  en su  papel "femenino", pero en general, sus personalidades sólo cambian la magnitud en que muchas personas  asuman papeles diferentes en la vida, es decir  marido, padre. Una esposa informa que a su marido le gusta bailar como "mujer" donde él no se sentiría libre como un hombre..

 Travestis  puede Curarse 
"La verdad es usted no puede cambiarlo,"  La mayoría de los profesionales intenta aconsejar al travesti a tratar con su travestismo en lugar de erradicarlo. El principal problema de ser travestis  son las actitudes sociales, la aceptación está lejos de ser completa. Debido a las posibles consecuencias familiares, laborales, y con los amigos, muchos travestis viven amortajados en secreto. Se sienten malos y por miedo y culpa, algunos travestis niegan su lado femenino y se despojan de su ropa. Normalmente ellos se sienten frustrados por esta amputación de una parte significante de sus personalidades, y en el futuro vuelven  a su expresión femenina. Algunos buscan terapia, pero tantos terapeutas no son conocedores sobre los problemas del transgenerismo, ellos a veces se encuentran educando al terapeuta en lugar de consiguiendo la ayuda que buscan. Ni los psicofármacos los  benefician.
Lo indicado es sin duda un enfoque terapéutico que estimule una mejor comprensión por parte del propio travesti y de los que lo rodean.
¡No hay ninguna "cura" para el travestismo, y la mayoría de los travestis no quiere una!  

Party Girl Steff

Party Girl Steff by melbourne_steff
Party Girl Steff, a photo by melbourne_steff on Flickr.

Diagnóstico Diferencial

1. Debe excluirse la disconformidad con el papel del propio sexo (mujeres masculinizadas, hombres afeminados). No hay alteraciones del sentido de la identidad sexual.

2. Trastornos de la identidad sexual que se presentan junto a una enfermedad intersexual congénita (hiperplasia suprarrenal congénita).

3. Esquizofrenia, no son frecuentes las ideas delirantes de pertenecer al otro sexo, pero pueden coexistir. En estos casos el concepto es que han sido transformados en el otro sexo, correspondiendo entonces a ideas de transformación que se darán en el marco de esta enfermedad mental.

 4.  Homosexualidad es un problema de sexo, que afecta a dos personas, ambas del mismo sexo: éste es un requisito primario y generalmente imprescindible.
o   El travestismo es una expresión de una personalidad puramente individual, mientras que la actividad homosexual necesita de dos personas. Los homosexuales tienen que revelar sus inclinaciones, los travestistas no.
o   En la práctica ningún travesti inducirá o influirá para que otra persona adopte el travestismo. Lo padece demasiado para deseárselo a otra persona, mientras que el homosexual no duda en inclinar e iniciar a otras personas en sus prácticas.
o   La persona homosexual lo es todo el tiempo, su personalidad se mantiene constante. Un travesti alterna sus personalidades, como varón se comporta como tal, y viceversa.
o   Muchos homosexuales, adquieren modales de alguna manera afeminados, incluso durante sus actividades de tipo masculinos, esto les resulta necesario puesto que ellos, están asumiendo por completo el papel femenino. El travesti nunca muestra un comportamiento femenino durante sus actividades como varón. No lo necesita ni lo intenta.
o   El travesti adopta un atuendo femenino como expresión de su personalidad interna; mientras que el homosexual lo hace para provocar un efecto externo. Se diría que lo utilizan como un recurso para atraer los restos de heterosexualidad que puedan subsistir en sus parejas masculinas. Es más, el hecho de relacionarse con una pareja vestida de mujer minimiza en parte la sensación de culpa consecuente.
Por lo tanto las motivaciones que tiene esa minoría homosexuales que recurren al vestido femenino son por completo diferentes a las que mueven a una persona heterosexual que disfruta del atuendo propio de la mujer. 

5. La transexualidad  es un problema de género y de sexo, y el hecho de entablar pareja será de importancia secundario aunque podría advenir a tener una importancia ocasionalmente vital.
Ellos o ellas se sienten " marimachos " o " mariquitas " y opinan que la naturaleza ha sido injusta, ya que han nacido con el sexo equivocado. Normalmente, este malestar se manifiesta ya en la infancia. Es el caso extremo del travestismo, cuando vestirse con la ropa del otro sexo ya no es un juego sino la búsqueda de la verdadera identidad: el transexualismo. Estas personas padecen un profundo desequilibrio psicológico y rechazan y odian su cuerpo de hombre o de mujer, considerándolo como extraño y contrario a su personalidad.
Una distinción más formal entre el travestismo y el transexualismo se encuentra en el criterio diagnóstico aceptado por la mayoría de los profesionales que trabajan en este campo. La asociación psiquiátrica americana de diagnóstico y el Manual Estadístico consideran ambos patrones de comportamiento son esencialmente desordenados, y enumera los criterios para el transexualismo:
  • “Un sentido de incomodidad con un sexo anatómico”.  
  • “Un deseo de ser librado de los propios genitales y vivir como un miembro del otro sexo”.
  • “La perturbación ha sido continua (no limitada a los periodos de tensión) durante por lo menos dos años.
  • “La ausencia de anormalidad física, intersexual o genética”.  
  • “Que no sea debida a otro desorden mental, como esquizofrenia”
Así, algunos deciden someterse a intervenciones quirúrgicas y hormonales para lograr el cuerpo que corresponde a su personalidad, con los signos exteriores del sexo que la naturaleza no ha querido darles. No obstante, un cambio total y completo de sexo es imposible y estas intervenciones lo único que hacen es dar una apariencia o imitación. Un hombre castrado, a quien se le ha implantado una vagina podrá ser muy parecido a una mujer, aunque nunca podrá procrear.
En algunos países como Gran Bretaña, Suecia o Dinamarca se acepta que los transexuales modifiquen su estado civil, cambiando el sexo indicado en sus documentos de identidad, siempre y cuando presenten el certificado médico de la operación quirúrgica.

El travestismo en cambio es un problema social con una implicación de género y sexo; el trasvesti no requiere imprescindiblemente una pareja, y en caso de tenerla, puede ser heterosexual.
A la inmensa mayoría de travestis les gusta ser hombres; no sienten que son mujeres atrapadas en cuerpos de hombre y no tienen deseo en absoluto de 'convertirse en mujer'.  
Hay que plantearse, desde luego, el problema de distinguir entre un travestismo sexual y uno identitario; distinción que en fases muy iniciales del segundo puede ser verdaderamente difícil de extricar.
  • ¿Tiene la persona alguna vez el sueño de su completa transformación física? ¿se sueña repetidas veces en el rol/apariencia femenina?
  • ¿Siente estados de paz y tranquilidad, al margen de gozo sexual, cuando manifiesta su personalidad sexual femenina?
  • ¿Tiende más a anhelar un reconocimiento público y social de su virtual sexo femenino que a quererlo vivir como hecho estrictamente privado? ¿le gustaría poder extender la experiencia a su entorno cotidiano?
  • ¿Se siente más bien natural que travestida al asumir la apariencia sexual femenina? ¿se ve como "ella misma", o piensa acaso que está interpretando un papel?
  • ¿Aparecen sentimientos de atracción por varones cuando asume su personalidad sexual femenina, o -al contrario- se refuerzan sus fantasías ginefílicas?
  • ¿Experimenta envidia, y el sentimiento de querer estar "en su lugar", hacia mujeres, por que viven plenamente como miembros del sexo femenino?
  • ¿Experimenta orgasmo ocasionalmente -y como efecto no intentado- en el momento de expresar su personalidad sexual femenina, o bien hace del orgasmo el fin de su cambio de personalidad sexual -incluso provocándolo con masturbación?
  • ¿Se siente feliz cuando recibe un trato femenino, si ocurre eventualmente fuera de sus episodios de auto-feminización, o siente incomodidad ante ello?
  • ¿Siente rechazo, distanciamiento o indiferencia hacia sus caracteres sexuales natales, o acaso siente apego y placer por poseerlos?
  • ¿Emplea cualquier prenda que sea femenina en sus actos de transformación personal con tal de adquirir una imagen coherente, o bien selecciona especialmente aquellas prendas y accesorios de elevado significado erótico?
  • En situaciones ordinarias y fuera de episodios travestísticos, ¿siente un lazo de unidad y pertenencia con las mujeres, o lo siente con los hombres?, ¿siente un estado de ser anímica o sexualmente "lo opuesto", de ser diferente, de los hombres, o lo siente de las mujeres?
Naturalmente, si las respuestas tienden a escoger la primera opción de cada punto, se trata de una identidad sexual femenina opuesta al sexo físico natal y socialmente asignado, en cuyo caso la práctica del travestismo es un vehículo de autoreparación psicológica. Si las opciones escogidas son las segundas ofrecidas en cada pregunta, se trata de un travestismo de tipo sexual-erótico, ejercido por un varón psicológicamente ajustado a su sexo natal y social.

Benjamin (1966) clasificó el transexualismo como el caso más extremo de trastorno sexual que se inicia con el transvestismo; para este autor sería un continuo que va pasando de un tipo al otro en la medida en que la identidad sexual se va consolidando.
Utilizó los tipos:
1. Seudotransvestista: donde se adopta la identidad del otro sexo sólo ocasionalmente.
2. Trasvestismo fetichista: adopta el hábito del otro sexo en forma frecuente y su conflicto es pequeño.
3. Trasvestismo verdadero: viste la indumentaria del otro sexo tan frecuentemente como le es posible, su identidad sexual es aún la de su propio sexo, pero con una menor convicción que los anteriores.
4. Transexual verdadero de escasa identidad: se viste frecuentemente con ropas del otro sexo, pero no se halla dispuesto a cambiar su identidad porque ésta es incierta.
5. Transexual verdadero de intensidad moderada: vive como el sexo opuesto siempre que le es posible y su identidad sexual es la de éste.
6. Transexual verdadero de gran intensidad: es el que vive habitualmente como el sexo contrario; su identidad sexual es la de ese sexo y trata por todos los medios de adecuarse a lo social.

- Escala de orientación sexual -

Características
Clase I
Pseudo-travesti
Clase II
Travesti fetichista
Clase III
Verdaderos travestis
Clase IV
Transexual
Clase V
Verdadero transexual
Clase VI
Verdadero transexual
Género "sentido"
Masculino
Masculino
Masculino
(con menor convicción)
Indeciso. Situado entre el travesti y el transexual
Femenino
Con intensidad moderada ("encerrada en un cuerpo masculino")
Femenino
Con fuerte intensidad. Total intervención psicosexual
Hábitos de vestimenta y vida social
Vida como hombre. Obtiene cierta satisfacción vistiéndose como mujer. No es un verdadero travesti. Vida viríl normal
Vive como hombre. Se viste con relativa frecuencia como mujer. Lleva ropa interior masculina
Se viste continuamente o tan a menudo como le es posible. Puede vivir como una mujer y ser aceptado como tal. Si no puede hacer otra cosa, lleva ropa interior femenina
Se viste siempre que es posible, dado que es como se encuentra mas "satisfactoriamente" . Puede vivir como hombre o como mujer, a veces en alternancia
Si es posible, vive y trabaja como una mujer. El travestismo le produce una "satisfacción" insuficiente
Puede vivir y trabajar como una mujer. El travestismo le produce una "satisfacción" insuficiente. El hecho de pertenecer al sexo masculino le produce un "malestar" considerable
Elección de sexo y vida sexual
Hetero-, bi- u homosexual. el travestismo o el cambio de sexo Puede producirse durante las fantasías de la masturbación. Puede serle suficiente con lectura relacionadas con el travestismo
Heterosexual. Raramente bisexual. Masturbación acompañada de fetichismo. Sentimientos de culpabilidad. Momentos de "arrepentimiento" y recaídas
Heterosexual salvo cuando esta travestido. El "cambio" le produce una satisfacción sexual acompañada de una ayuda de cara al "malestar" del genero real. Puede arrepentirse o recaer
Libido a menudo debilitada. Asexual o autoerotico. Podría ser bisexual. Podría igualmente casarse y tener hijos.
Libido debilitada. Asexual, autoerotico, o actividad homosexual pasiva. Puede haber estado casada y haber tenido hijos
Deseo intenso de tener relaciones sexuales en el papel pasivo con un macho normal si es joven. Mas tarde la libido decae. Puede haber sido casada y haber tenido hijos. O ha fantaseado con ello en las relaciones sexuales en el papel femenino
Operación para la transformación
No tenida en cuenta en la realidad
Rechazada
De hecho rechazada, pero la idea puede tentar
Interesada, pero no es pedida. En el estudio previo no es aconsejada
Demandada. Habitualmente recomendada
Reclamada de manera insistente y generalmente obtenida. Recomendada
Tratamiento con estrógenos?
No interesado. Operación no recomendada
Raramente interesado. Puede a veces ser útil para reducir la libido
Se interesa como una experiencia. Puede ser útil en el plan emocional
Necesario para el equilibrio físico y emocional
Necesario para prevenir o preceder a la cirugía
Necesaria para procurar una mejoría
Psicoterapia?
Tratamiento no deseado y no necesario
Puede ayudar en un contexto favorable
Si se esta tentada en hacerlo, este tratamiento es generalmente una equivocación si se espera "una mejoría"
Es un método deseable. Si no puede haber problemas
Inútil para una "cura". Deseable
Deseable únicamente para mejoría en casos de angustia
Características
Se interesa por el travestismo de manera ocasional
Puede llevar una doble personalidad (masculina y femenina) con identidades apropiadas
Puede asumir una doble personalidad. Tendencia a la transexualidad
La vida social depende de las circunstancias
El individuo sitúa sus perspectivas en la operación y trabaja en este sentido. La operación se realiza con frecuencia
El individuo odia sus órganos sexuales masculinos. Si la frustración se prolonga puede caer en el suicidio o la mutilación