martes, 23 de noviembre de 2010

CENA FIN DE AÑO TVMEX

Nuevamente llegamos al fin de año, y celebramos esta ocación

con una gran gala a la que no puedes faltar...

CENA FIN DE AÑO TVMEX

3 DE DICIEMBRE, SALÓN BELMAR.

CITA: 9 pm a 3 am. Salón Belmar. Av. Baja California N. 7 esquina Cuauhtémoc, Col. Roma. Frente al metro Centro Médico.

Cena de tres tiempos, servicio de meseros, botella por mesa, hielo y refresco ilimitado, música, baile y MUCHAS SORPRESAS MÁS...

Reserva tu lugar, deposita al 30 de Noviembre:

$250.00 por persona.

Cuenta: 1401163965 Banco BBVA Bancomer

a nombre de M. Ángel Muñoz.

No te quedes sin tu lugar y reserva.

Recuerda...

-El salón cuenta con Vallet Parking.

-La fiesta es para tvs, trans, amig@s, admiradores, tod@s estan invitad@s.

-Para las amigas que vienen de fuera y para quien no tiene donde cambiarse, algunas amigas salimos del Hotel Senador. Si requieres algun apoyo (Maquillaje, ropa, peluca, etc) comunicate conmigo.

Para mayores informes.

Rocio Suárez.

Equipo de Planeación TVMEX.

Cel 5527538095

rocitvmx2004@yahoo.com.mx

Hip Tips.wmv

lunes, 22 de noviembre de 2010

Técnicas de feminización de la voz

Introducción

Este documento es una colección de sugerencias prácticas e ideas para auto-ayudar en la feminización de la voz, desarrolladas por un grupo de transexuales M2F en la Looking Glass Society.

Ni las hormonas ni la cirugía genital representan 'liquidar' una voz masculina, y la cirugía de cambio de voz está ampliamente reconocida como no aconsejable, adicionalmente ser considerada sólo como una solución parcial. Así, el entrenamiento del habla es necesario para producir una "voz femenina" satisfactoria.

Al principio, puede parecer duro concentrarse sobre todas las diferentes facetas para producir una voz femenina, y se producirán descuidos. La única solución es practicar y practicar otra vez hasta que gradualmente se convierta en una segunda naturaleza.

Los métodos

1-¡Cantar!.

Para disminuir la caja de resonancia, extender la amplitud de tono, y ayudar a desarrollar un buen control, puede ser de una gran ayuda escoger a una vocalista femenina que guste, preferiblemente una con una voz relativamente profunda, y cantar sola. El entrenamiento musical puede significar además realizar ejercicios de canto, como escalas musicales.

2-Subir la posición del cartílago de la laringe:

Subirlo eleva tu tono de voz y decrece la característica de resonancia masculina (El cartílago de la laringe es una pieza 'móvil' de la laringe que uno puede notar como sube si coloca la mano en la garganta y canta una escala musical ("Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si, Do")). El objetivo aquí es aumentar la línea de referencia inferior del tono de voz que se tenía previamente, e incrementar todavía más el tono cuando se habla con énfasis.

Por ejemplo puedes decidir que tu tono inferior masculino de base es el DO, elevar el tono de base hasta por ejemplo "FA" o "SOL" seria suficiente. Pero no excederse elevando el tono de voz: una voz que suene chillona, o de falsete, es muy inadecuada para una mujer adulta. El ajuste del tono es un compromiso hablando en términos técnicos debe estarse encima de los 160Hz; si se tiene acceso a un instrumento musical esto es más o menos un SOL debajo del DO medio.

Por supuesto, cada una parte con una voz original diferente y alguien puede elevar la voz más que otras sin sonar chillona. Puedes encontrarlo algo cansado al principio, ya que no se está acostumbrada a hablar en este registro, pero se volverá confortable con un poco de práctica. Si no es así, probablemente se está intentando forzar el tono de la voz demasiado alto.

3-Abrir parcialmente la glotis cuando se hable:

La posición de la glotis controla la cantidad de aire que pasa a través de las cuerdas vocales. Cuando se grita en lugar de hablar, cuando se susurra, o cuando se produce una voz 'sorda' (cuando las cuerdas vocales no vibran, como 'hhh' o 'sss'), la glotis está plenamente abierta y el aire pasa a través de las cuerdas vocales. Con la glotis firmemente cerrada, todo el aire es forzado a través de las cuerdas vocales, produciendo una voz plena y que suena típicamente masculina. Se necesita intentar una voz en posición de 'semi-susurro' que elimina la voz que suena fuerte con una resonancia pesada en el tórax, y que da una cualidad refrescante a la voz.

Puede oírse la diferencia entre los sonidos fuertes o no comparando el sonido de S y Z (pronunciar 'sss' y 'zzz', y sentir como las cuerdas vocales vibran en la Z pero no en la S). Debe intentarse encontrar un punto intermedio entre una voz no sonora (susurrada), y una completamente sonora voz de 'hombre'.

Intenta decir la palabra 'hay', y presta atención entre como cambia entre el sonido débil de la H y el fuerte de la A: di muy lentamente ('hhhhhaaaay') y siente el cambio en las cuerdas vocales cuando tu voz se desliza desde la débil 'hhh' a la sonora vocal 'aaa'. Intenta, en ese momento, detenerte antes de alcanzar la voz completamente sonora, debería producir un sonido 'aaa' blando, fresco (femenino).

Intenta ahora aprender siempre a usar esa posición semiabierta para todas los sonidos fuertes. Es una mera cuestión de práctica.

4-Sitúa el énfasis en el tono, no en el volumen:

Una entonación más alta enfatiza. Los hombres enfatizan en su forma de hablar variando su volumen, pero mantienen su tono en un rango muy estrecho; por otra parte las mujeres mantienen el volumen de su voz mucho más constante pero varían su tono en gran medida para enfatizar.

5-Habla lentamente. Exprésate con claridad:

Especialmente las consonantes al principio y final de las palabras. No hables entre dientes; una voz clara requiere justamente mucho movimiento de los labios. En general, las mujeres hablan con mucha mayor claridad y precisión que los hombres.

6-Marca el paso de tu habla cuidadosamente:

Empieza y acaba las frases lenta y suavemente; no hables abruptamente. No te ‘tragues’ pronombres, artículos u otras ‘pequeñas palabras’ al principio y fin de las frases. La forma de hablar de los hombres tiende a caracterizarse en lo que los terapeutas del habla llaman ‘fuerte ataque’ --- la primera sílaba es pronunciada muy fuerte, y fácilmente. Las mujeres usualmente empiezan una frase más suavemente.

7-Utiliza el contenido adecuado:

Mujeres y hombres tienden a hablar de las mismas cosas de diferentes maneras; lo que se dice contiene claves del género, tanto más que el cómo se dice. Las mujeres tienden a concentrarse más en los pensamientos y sentimientos, mientras que los hombres se concentran sobre objetos y acciones. Los hombres usan más ‘atajos’, términos coloquiales y también palabrotas.

Una forma simple de ilustrarlo es imaginar a alguien preguntando a un amigo si irá a tomar algo después del trabajo. Un hombre diría algo como ‘¿Bajas al Pub?’: demasiado abrupto, usando el mínimo de palabras y concentrándose en la acción deseada de una forma impersonal. Una mujer diría ‘¿Te apetecerá ir a tomar algo esta noche?: concentrándose en los sentimientos y deseos de sus amigos, personal, y no abreviado.

8-Presta atención a la posición de la lengua:

La lengua está más alta y plana en mujeres que en hombres. Esto proporciona sonidos ‘dentales’ (en los que se utilizan los dientes, como la T y D) blandos, frescos, casi una sibilante característica en la mujer. Decir ‘tttt’ como un hombre, luego ‘ssss’; encuentra la posición intermedia, que es la posición de las mujeres para las letras T y D; igual para el sonido TH, etc. Usa el suficiente aire para obtener un sonido cristalino.

9-Utiliza la forma correcta de tus labios:

Una ligera sonrisa ayuda, y en cualquier caso es la expresión ‘final’ de una mujer. ‘Redondear’ los labios (un ligero puchero), y un buen movimiento de labios, ayuda a producir una voz pronunciada con claridad.

10-Desarrolla resonancia de la cabeza:

Uno de los mayores problemas con que tienen que hacer frente las mujeres TS es a aprender a producir una voz blanda, femenina, para aprender luego cómo hablar en voz alta cuando es necesario sin que la voz vuelva a ser masculina. La mujer obtiene volumen usando las cavidades dentro de su cabeza que actúan de ‘caja de resonancia’ mientras que el hombre usa el tórax.

Para ganar una voz más fuerte femenina, desarrolla la resonancia de cabeza mejor que la resonancia de tórax --- abre tu boca un poco más, usa más aire, y 'empuja' tu voz arriba hacia la cabeza.

11-Escúchate:

Graba ejemplos de tu voz y escúchate a ti misma. Lee un pasaje de texto, escúchalo y sigue practicando. Puede ser útil leer este artículo en voz alta, practicando cada punto mientras se lee. Luego oírse y repetidamente ir afinando la voz.

Traducción: Natalia Parés Vive

Expo Lesbico Gay

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domingo, 21 de noviembre de 2010

Veronica and Crossdressing: Las ultimas de todas, se terminó

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Buscando Pareja: La Tunantada, donde el travestismo es una tradició...

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La evolución del transformismo en Bogotá a través de cinco personajes

De los ochenta a hoy, mucho ha cambiado el mundo de los hombres que se visten de mujer y se presentan en un espectáculo. Ahora, hablan los personajes que llevan años practicando este arte en Bogotá.


Se convirtieron en niñas cuando decidieron ponerse una sábana como vestido, usar zapatos con tacones en los que nadaban sus pies y tener la boca pintada con el labial de su madre. Querían ser reinas de belleza, pero eran niños. Varones. Hoy, son ransformistas. "Hombres que personificamos a mujeres en el escenario", según Charlotte Schneider Callejas, una transgénero cubana que vive en Bogotá.

Sus carreras fueron homenajeadas por la revista Travel Club LGBT, que les otorgó el título de divas. Incluso, ya tienen una línea especial de zapatos para transformistas, con tacones femeninos y hormas masculinas. Se llama En Los Tacones de Loretta. Y otra firma trabaja en una marca de ropa.

En los ochenta, sus historias parecían las de los superhéroes que ocultan su identidad. Fueron perseguidas, acusadas y censuradas. Ahora, tienen sus propias escuelas, en las que enseñan su arte a quienes quieran asumir otro rol por una noche o participar en algún reinado. Y en Bogotá, una transformista logró llegar a un cargo público en el 2007.

Madorylin, una madre

"Yo cambié el blanco y negro del transformismo: lo volví tecnicolor", dice Madorylin Crawford, una de las más reconocidas transformistas de la ciudad, cuyo nombre es una mezcla de sus fuentes de admiración: Marilyn Monroe y Madonna.

Comenzó en los 90, cuando solamente se usaban vestidos largos e impuso la moda de los botines, la ropa corta y los ligueros, al estilo de Madonna. Ya lleva 20 años en el transformismo. "Cuando empecé, se imitaba a Sara Montiel, María Félix y Celia Cruz, y se escuchaban la balada y la ranchera de Karen Mitchel y la Lupe (otros dos transformistas)".

Cuando es Mario Fernando Urbano, su nombre de pila, se dedica a pintar cuadros y su especialidad son los desnudos. "Soy otra persona, no me afeito ni vivo a la moda, y entre tanto, Madorylin está en el baúl".

Hoy, junto con Roxana Miranda, a quien prepara como su sucesora, creó una casa para formar transformistas. A su 'casa de reinas', como la llama, puede acudir cualquiera, sin importar su sexualidad. "Tenemos a 38 personas apadrinadas y creo que hay que enseñarles que esto es más que canutillo y tacón".

Roxana Miranda es la heredera

Es aprendiz de Madorylin, tiene 27 años y antes de ser transformista estudiaba teología y filosofía en una comunidad religiosa pues quería ser sacerdote hasta que el delineador en los ojos delató su trabajo como transformista.

Se presentó por primera vez en el bar La Pantera Roja y, esa noche, ganó 1 millón de pesos. "Doblar una canción y posar en un escenario me pareció muy artístico. Como admiramos a las divas de la canción, nuestro vestuario está lleno de peluche y brillantes", dice.

Su estilo es ochenteno clásico y su fuerte son los tangos. Participó en la película Buscando a Miguel y su meta es darse a conocer en el mundo heterosexual por eso montó una 'casa de maquillaje para reinas' con su nombre Roxana Miranda.

Espera que la generación que viene vaya más allá de cantar y actuar. "Por ahora, estoy trabajando un proyecto de un corto de la versión travesti de Los Victorinos. Cuando lo decida, Roxana tendrá una muerte con estilo".

Cantante con alma llanera

A los 16 años, Alejandro Quintero decidió ser transformista y desde el comienzo se bautizó artísticamente Adela Ferrer, una mezcla entre Adela Noriega y Lupita Ferrer. Al comienzo, era conocida como 'la Shakira llanera', pues es hija del cantante de música llanera Hernán Quintero, quien es sobrino del fallecido barítono colombiano Carlos Julio Ramírez.

Al mismo tiempo que descubrió su homosexualidad, entró a estudiar al conservatorio de la Universidad Nacional. "Canto a viva voz (no hace mímica). Desde que era niño, lo aprendí a hacer porque estaba rodeada de artistas". Cuando pudo manejar los tacones, participó en eventos como La Espada de Ulises, en Cali, donde interpretó el popurrí llanero 'Yo soy Venezuela' de Nancy Ramos. Lleva 17 años cantando, ahora como travesti con silicona, y hace dos años fue aspirante al Concejo de Bogotá por la lista del Partido Verde Opción Centro.

Charlotte, 'La cubana'

Cuando Fidel Castro estaba al frente del Gobierno cubano, la homosexualidad se penalizaba, dice Charlotte Schneider Callejas, quien 18 años atrás vivía en La Habana y se llamaba Carlos Alejandro Díaz Martínez. "Uno tenía que ser macha o macha, no hembra en cuerpo de hombre. En la estación de Policía, me arrancaban la peluca, me echaban agua y algunos querían abusar sexualmente de mi", recuerda.

'La Popi', una popular transformista cubana, le enseñó a representar a Annia Linares y, con el tema A mi manera, se abrió paso en el género. "Ahora es diferente porque en Cuba no había recursos ni para usar tacones. Recuerdo que a los zapatos les echábamos pegante y vidrio molido para que brillaran y los vestidos los hacíamos de papel. Cuando llegué a Bogotá, ya existía una casa de transformistas con el nombre de Linda Lucía Callejas", dice.

'La Cubana', como la llaman, estudió bioquimica y se especializó en educación para la salud sexual. Asumió el rol activista en Latinoamérica, fue secretaria de la Asociación Internacional LGBT y consultora de Género y Diversidad de la Secretaría Distrital de Salud. Sorprendió a quienes pensaban que sólo podría ser prostituta o estilista, pues es la primera transformista en Colombia que logró un cargo público.

Gayshira, una nueva modelo

Cuando Shirley Anahy Liñan Osorio camina, los hombres voltean a mirarla, muy pocos se dan cuenta de que es un travesti. Esta costeña, que nació como hombre en Santa Marta, tiene el cuerpo curvilíneo que desearía cualquier mujer a los 23 años. Además, aprendió a bailar como Shakira y la imita como 'Gayshira' en el bar Theatron, de Bogotá.

"Mi papá quería que fuera una estrella de fútbol, me inscribió en una escuela y solamente fui dos días. En cambio, estaba en cuanta obra de teatro hacían en mi colegio". Ha sido Miss Teen , Chica Met y Miss Colombia Gay. "Mi mamá es de las que les muestra el álbum a las visitas, se sabe el nombre de los reinados y cuida todas las coronas".

Ahora, es la modelo oficial de la marca En los Tacones de Loretta, que lanzó un calzado con empeine y forma del pie especial para transgeneristas. "Me toca ir a desfiles, me regalaron botas y sandalias. En otra época, esto no sería posible, es otro 'show'".

MARGARITA BARRERO F.

jueves, 11 de noviembre de 2010

McEwen womanless beauty pagent 2010 (part1)

How To Cover/Hide/Wax The Eyebrows

Roberta Marrero se muestra luminosa, lóbrega y electrónica en 'Claroscuro'

Efe. Madrid.- - 05/07/2007
Roberta Marrero se muestra luminosa, lóbrega y electrónica en 'Claroscuro'
La polifacética artista transexual Roberta Marrero publica su segundo álbum como cantante bajo el título de Claroscuro, una colección de trece canciones con letristas como Nacho y Mario Canut, en la que se muestra "a veces luminosa, a veces oscura, pero siempre electrónica".
Convertida en uno de los personajes clave en la noche madrileña de la actualidad, Roberta Marrero es actriz, pinchadiscos, articulista y cantante, una faceta que estrenó con el disco A la vanguardia del peligroy que tiene su segunda entrega con "Claroscuro" , donde las referencias se mezclan y en el que, a pesar de no componer ninguna canción, siente que ha disfrutado de "un mayor poder de decisión".
Marrero, de origen canario, explica en una entrevista con EFE cómo el título de su nuevo trabajo le gustó "desde un principio" y, por ello, pensó incluir en el libreto del mismo imágenes del pintor tenebrista Caravaggio, aunque descartó la idea "por problemas de derechos".
Los contrastes del autor de La vocación de San Mateo se muestran en su disco, según la propia artista, entre canciones "para escuchar un viernes por la noche mientras te estás arreglando para salir", como En pie de guerra, y otras de ritmos más umbríos, como Humano, demasiado humano, que la artista cita entre sus favoritas.
Sin embargo, el sencillo extraído para la promoción de Claroscuro es El fin del microcosmos, producida, como todo el disco menos la versión que realiza de Estoy llorando por ti -con la que reivindica el 'bakalao'-, por Lucho Prósper y Mario García.
"Es la primera vez que producen, por lo que el sonido es inédito en España", explica, y en él reconoce la inspiración de Marlene Dietrich -"por hacer de sus limitaciones un estilo", dice- o ciertos ritmos de Depeche Mode o New Order.
Mientras todavía trabaja como DJ residente de las fiestas de El extraño vinilo, en Madrid, y habla de un proyecto cinematográfico fuera de España, Marrero reconoce que lo que le gusta de su labor como cantante es "la inmediatez" y "la posibilidad de poder reinterpretar tu trabajo ante el público en cada concierto".
Roberta, tras vivir durante una temporada en Londres, se instaló en Madrid gracias al éxito de su participación como actriz en la película de 2003 Descongélate, de Félix Sabroso y Dunia Ayaso, y pronto comenzó a introducirse en el círculo que forman artistas como Fangoria -que le invitó a su carroza en el último desfile del Orgullo Gay en Madrid-, La Prohibida o Juan Flahn.
Sin embargo, desdeña el concepto de 'removida madrileña' porque "no hay ningún manifiesto al que adscribirse" , y cree que en realidad ha pasado a referirse a "cuatro mamarrachas que se drogan por las noches" con las que no se siente "identificada" .
Marrero, que defiende la normalización de la transexualidad, reconoce que "mucha gente me ve más como un personaje que como una persona", pero prefiere ser ella misma y asumir que "no puedes controlar la visión que los demás se crean sobre ti".

Los nuevos rostros y cuerpos del modelaje travesti e intersexual

Las historias de María José, Marysol y Sol Donato conectan con un recambio de personajes en la publicidad y la muestra de arte que revaloriza sus vidas alternativas por fuera del catálogo de rarezas o el escándalo. «Para nosotras es un hito, un avance», dicen. «Abrimos camino para que aparezcan otras...»

http://www.agmagazine.com.ar/noticias/images/soldonato20070713-01.jpg
Sol Donato
No hay miradas a cámara en los retratos de Marysol y María José (Majo), integrantes de la comunidad cross dressing, es decir, hombres que en sus ratos libres se convierten en señoras. Posan ante la cámara de la fotógrafa Karin Idelson con el infaltable velo que aportan los anteojos negros o la peluca sobre el rostro. Junto con las imágenes publicitarias de Sol Donato, antes Juan, autodefinida «transgénero» en la gama del niño/niña de la película XXY (de Lucía Puenzo), aportan un aire renovado a la publicidad y la muestra artística. Su presencia conjunta en la producción de Página/12 señala un probable cambio de paradigma: la venta y la exhibición adquieren, con ellas, menos conciencia de objeto erótico que en el caso de sus congéneres clásicas. Ni glamorosas mannequins penetradas por las miradas de los valijeros al borde de la pasarela, ni rostros retocados por el photoshop: aquí ayuda a evitar la alteración la decena de operaciones que se hizo Sol para suavizarse el cutis y agrandar el busto, así como el desparpajo de Marysol y Majo, que no ocultan arrugas o secuelas del acné con un poco de angel face. La naturalidad pesa más que la perfección asociada a lo liso, lo duro y lo parado.

Las tres son muy distintas entre sí, pero al mismo tiempo se unen en esta irrupción contemporánea que las colocó como cara y cuerpo de una marca de jeans –Ona Sáez– y una firma de depilación definitiva (en el caso de Sol, que se dio a conocer luego de su operación mamaria en el reality Transformaciones) o como objeto de la muestra Love Hurts, en la galería de arte Alberto Sendrós (Tres Sargentos 359, de lunes a viernes de 14 a 20 horas). ¿Qué cambia en los mandatos de consumo y los clichés estéticos cuando la que se hace presente es la imagen ambigua de las cross dressing, minoría dentro de una minoría, innovando con la propuesta de ser señora, menos llamativas que una drag queen, proclives al velo y los fondos oscuros que opacan las facciones y la figura, parcialmente tapadas para ser irreconocibles en las fotos de Karin Idelson? La fotógrafa disfruta ese aire común y corriente que suele faltar en un Desfile del Orgullo o una producción en bikini. El énfasis está puesto en correrse de una extravagancia, que impregna otras referencias a travestis, por ejemplo, en la TV (ver aparte).



UNA SEÑORA

María José posa para la foto, y su rostro es invisible detrás de la peluca; justifica su debut a cara tapada y sin arreglos digitales por fidelidad a una consigna que la acerca a la militancia por una vida cotidiana sin sobresaltos:

– El drag queen es una caricatura de una mujer, muy asexuado, con un maquillaje grotesco. ¡Yo soy una señora! Tengo 47 pirulos y, si viniera a ver la muestra vestida como a los 20, me darían una patada en el culo, ¿viste? En cambio, si salís a la calle con un bajo perfil y entrás a un bar, te preguntan: «¿Qué se va a servir, señora?».

Su inmenso retrato comenzó a prepararse una noche cualquiera, en el bar al que asiste con sus amigas, cuando la fotógrafa se deslumbró con su look y carisma y le propuso posar en un patio de atrás. Hasta ese momento su pasatiempo eran las fotos caseras colectivas, travestidas como las Amas de casa desesperadas, componiendo pirámides o abrazos insólitos, menos con intención de publicar que de figurar en el álbum de una familia por elección, llena de vitalidad y euforia. La sonrisa se instala, automática, cuando revisa el catálogo en la memoria del celular: en una de ellas luce como una Araceli con poco para envidiar a la original, igual de esbelta y sonriente. Pero en las fotos de Idelson, Majo renuncia a todos los clichés del género: ni boca fruncida haciendo pucherito, ni minifalda o medias de red, ni revoleo de una carterita (según dictan las remanidas versiones mediáticas de vedettes o prostitutas) . El fondo de ladrillos gastados, la luz tan tenue, la cara tapada, el ángulo de tres cuartos de perfil remiten al ritual fotográfico del prontuario o a un contra DNI (que escracha pero no identifica), y tal vez sean un comentario directo sobre el estigma que les tiran encima desde las instituciones del Estado. La autora lo relativiza:

– No quise hacer una apología acerca de lo llamativos que pueden ser, sino destacar una tensión interna que puede tener que ver con un cross dressing o una travesti –explica Karin Idelson–. No me sumo a la bajada de línea sobre travestis que se prostituyen: no va tanto por ahí. Trato de buscar algún tipo posible de identificació n con cualquier persona; es ir un poco más allá de las apariencias para ver qué puede despertar en un espectador o en cualquier persona.

– La seriedad, el rostro oculto, el paredón remiten, sin embargo, al encierro o la criminalizació n...

– No quise referirme a la expectativa de vida de una travesti, ni a la violencia policial, sino a una experiencia mínima y corriente. El trabajo elude la literalidad en todos los aspectos. Para hablar de la identidad no hace falta caer en el golpe bajo: acá se ven hombres que sienten un placer vistiéndose de mujer. Y, sin tener que llegar a eso, se trata de ver cuánto de eso hay en todos nosotros.



HISTORIA DE M.

La relación con Marysol empezó siendo dificultosa, interferida por la lluvia en los celulares de cronista e interrogada; ella intuía una pretensión escandalosa. En persona, de traje y corbata, antes de tentarse y convertirse en la que se ve en la foto, deja que el agradecimiento monopolice su discurso: «Logramos coordinar su intención artística con nuestras necesidades. Abrieron el boliche para que nos pudiéramos sacar la foto. Karin sacó lo mejor de mí; me fue invitando a hacer voluntariamente lo que ella buscaba». El velo omnipresente en las fotos de chicas/os cross dressing se explica, aquí también, en la doble identidad según las horas del día. «El cross tiene una vida de boy que nos interesa mantener –se excusa Marysol (autobautizada así de acuerdo a su preferencia en términos geográficos)–. Es de lo que vivimos. Tenemos nuestra profesión; algunas tienen sus mujeres, sus hijos. Muchas son heterosexuales, algunas son bisexuales. El cross no se define por la condición sexual, sino porque te pinta vestirte de mujer. Yo me siento muy cómodo yendo a comer un asado, chorizo, vino, papas fritas, o jugando al fútbol con mis amigos.»

Marysol da un paso más en la exhibición: se le ve un pedacito de pierna bajo las medias de red; se deja bañar por un foco semicenital de luz blanca en plena noche, juega con el nonsense cuando luce unos anteojos negros en plena performance nocturna, permite distinguir un respaldo sobre el que se reclina, dando a entender que la toma implicó algo más de producción que en el caso de Majo. La clave, sin embargo, está en el mantenimiento del recato.

«El drag queen tiene una faceta mucho más artística. Como cross se puede dar que alguna vez quieras producirte de una manera especial, pero las chicas no están todo el día super pintadas o producidas. No tenés la necesidad de estar como si fueras una artista en el escenario.» Sabrina, su amiga también cross dressing, se suma para establecer prioridades: más allá del criterio estético, la aparición en Love Hurts debería ser recibida como un hito, un avance... «Estar hoy en la galería –dice la que no se animó a posar– es un avance: interactuar como una más, de una manera normal, no mal vista, o señalada. Vamos a tomar algo, subimos a un medio de transporte, vamos al centro. Hoy nos vinimos un poquito más paquetas porque era un lugar que ameritaba venir más elegantes. Pero no buscamos una exposición muy grande en las fotos.»

– ¿Qué la diferencia de su colega en la publicidad?

– Que para eso están las chicas más jóvenes, con posibilidad de aprovechar esa visibilidad. Nosotras lo que hacemos es abrir camino para que ellas puedan aparecer sin que nadie las moleste.



CHICA MÁS JOVEN

– Decía Sabrina: «...para eso están las chicas más jóvenes». Llega Sol Donato, ni chica ni travesti –dice–, sino XXY, aunque nunca se haya hecho una tomografía que comprobara lo que tiene adentro. Plumas, pieles de animal, corpiño y encajes: todo se tira encima para la venta, de la clínica que la depiló definitivamente o de los jeans Ona Sáez, después de haber posado semidesnuda en el reality Fantasías (2003), a cargo de Gabriel Rocca y Andy Cherniavsky. «El tipo (Santiago Sáez) flasheó con la idea de hacer una campaña unisex. Habían hecho casting buscando un chico andrógino. Yo no me considero travesti: te lo aclaro desde ya. En el casting se buscaba una persona ambigua, tipo la chica de XXY, apenas los pechitos formados. Eso era yo.» Para encajar en el tipo publicitario se hizo a nuevo:

– Lolas, implante de glúteos, láser, lipólisis, me saqué la nuez de Adán, dermoabrasión, me blanqueé los dientes, tratamiento de várices preventivo, un touch de colágeno en los labios pero no un buzón tipo Pradón, depilación definitiva. Luego la clínica que me lo hizo me propuso ser imagen de los catálogos en los que se me ve de la cintura para arriba. Pero la mentalidad cerrada e hipócrita de este país hace que si no tenés concha seas travesti. A mí me meten dentro de la bolsa de la prostitución, el robo, los bosques de Palermo. Y yo con esa onda nada que ver. La actuación no es lo mío. Florencia de la V es el Maipo, yo soy FTV. Si no muestro pechuguita, ¡voy muerta!

Las Cinco de Rocio

Estreno del cortometraje: Paso en falso



Dir: Jurgen Ureña / En el marco de la XVIII Muestra de Cine y Video Costarricense

PASO EN FALSO es un primer proyecto de aproximación al largometraje Días rotos, que actualmente está en proceso de preproducción. Su argumento cuenta la historia de Tato: un adolescente que vive de pequeños robos en las calles de San José. Durante una huída, Tato sufre una torcedura de tobillo. Entonces es ayudado por un travesti llamado Michelle, con quien establece una cálida y compleja relación.

El proyecto Paso en falso adoptó consistencia a partir de una lejana inquietud en torno de las adversidades que enfrentan cotidianamente los habitantes de las calles de nuestra ciudad capital, y a partir de una serie de conversaciones sobre este tema con la escritora Tatiana Lobo, autora de la novela Candelaria del azar, en la que se inspira el cortometraje.

De allí surgió el personaje de Tato, un niño con cargas de adulto que ha aprendido a subsistir gracias a pequeños robos y a constantes huidas. Tato es nuestro guía en el universo narrativo de Paso en falso. Sus huidas representan la doble condición, violenta y paranoica, de nuestras sociedades contemporáneas. No resulta exagerado afirmar que el miedo característico de Tato es un claro reflejo de nuestro permanente miedo social. La necesidad de un cambio en sus andanzas es también la nuestra.

Los azarosos ires y venires de Tato lo conducen al apartamento de Michelle, otro personaje marginal y usualmente estigmatizado -o caricaturizado- por el consenso social. A partir de este momento surgen entre ambos personajes algunos encuentros y desencuentros, basados en la mutua necesidad y en un paradójico conflicto de intereses.

Los referentes cinematográficos que se han considerado en la construcción de Tato y Michelle son tan ricos como diversos. Sobre el tema de los niños de la calle existe en Latinoamérica una amplia tradición fílmica cultivada a partir de Los olvidados, el descarnado retrato dirigido en 1950 por Luis Buñuel, durante su estancia en México.

La influencia de esta película es amplísima en nuestras cinematografías, lo que se evidencia en los muchos textos análogos filmados posteriormente en países como Brasil (Río, cuarenta grados; Pixote; Ciudad de Dios), Colombia (Rodrigo D no futuro, La vendedora de rosas), Venezuela (Sicario, Huelepega), El Salvador (El carretón de los sueños) o el propio México (De la calle).

Por otra parte, existe la percepción errónea de que, en el panorama cinematográfico contemporáneo, el travestismo y la transexualidad son territorios exclusivos del español Pedro Almodóvar (Tacones lejanos, Todo sobre mi madre, La mala educación). Esta visión subestima el valor algunas propuestas de gran riesgo y agudeza, como ocurre en los casos del irlandés Neil Jordan, (El juego de las lágrimas, Desayuno en Plutón), o del director argentino radicado en Brasil, Héctor Babenco (Pixote, El beso de la mujer araña, Carandirú).

Es precisamente en el cine de Babenco donde reposan muchos de los planteamientos de fondo de Paso en falso, tanto por su interés en asumir el cine como acercamiento a una realidad inmediata, como por la búsqueda de alternativas a los esquemas preconcebidos. Otros referentes latinoamericanos que han sido considerados en el abordaje del personaje de Michelle son La Raulito, dirigida por el argentino Lautaro Murúa, y El lugar sin límites, del mexicano Arturo Ripstein.

Curiosamente, en el título del filme dirigido por Ripstein aparecen también dos conceptos de gran importancia en Paso en falso: el lugar y el límite. Tato es un personaje que estudia pacientemente las posibilidades de aquellos lugares que habita. Debe desplazarse con especial cuidado y rapidez antes, durante y después de sus pequeños robos cotidianos, por lo que se ha convertido en una criatura de espacios abiertos. Por esta razón percibe su estancia en el apartamento de Michelle como un encierro y no como el refugio que ella pretende ofrecerle.

En consecuencia, la noción de límite está muy presente en Paso en falso y se expresa mediante la disolución de las fronteras entre el niño y el adulto, lo masculino y lo femenino, lo público y lo privado, lo prohibido y lo permitido. Este juego de transgresiones y antagonismos abre el espacio hacia diversas posibilidades narrativas y conforma, hacia el final del relato, una suerte de revelación moral.

Tato y Michelle representan a dos grandes poblaciones condenadas a la soledad por nuestro violento entramado social. Representan también algunas de las preguntas más urgentes de nuestros días ¿Por qué no es posible la armonía entre dos seres que se necesitan mutuamente? ¿Cómo dejar atrás nuestro permanente miedo? ¿Necesitamos más vigilantes o más oportunidades? ¿Es posible una sociedad más equilibrada y plural? Tal vez las respuestas descansan en el cambio de una visión social esencialmente individualista, por otra más reflexiva y solidaria. Tal vez.

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