miércoles, 31 de marzo de 2010

Travestismo: Para la identidad no basta el cuerpo

El travestismo es cuestión “de construcción social”, comenta el fundador de Travestis México.
Es un sector invisible ante la sociedad en parte por la débil defensa de Derechos Humanos.
La discriminación se presenta desde círculos legales y eclesiásticos hasta la misma sociedad.


Por Valerie Benguiat
Texto e imágenes de Revista Babel

—Ser hembra es biológico— explica Haana Berris, fundador de Travestis México (TV Mex), —pero ser mujer es una construcción social—. En esa premisa basa sus principios de lucha contra la discriminación ante las personas transgénero, tanto travestis como transexuales. A través de Travestis México, Haana y sus otros colaboradores organizan eventos diversos con temas de autoayuda, artísticos, foros de expresión para toda la comunidad.

Muchos de los travestis que acuden a las reuniones de TV Mex, son heterosexuales, e invitan a sus familiares, a sus parejas y a sus amigos a una faceta de su personalidad la mayor parte del tiempo vedada.

TV Mex trata de dar a conocer, por medio de pláticas, mesas redondas y ponencias, la importancia de prevenir las enfermedades sexuales. También se fomentan las actividades culturales a través de la creación de talleres literarios, proyectos de cine, entre otras artes.

“Nos gusta construir la forma femenina”
Para Haana la cuestión del travestismo no tiene nada de misterioso o de “desviado”, —como comenta que algunos peyorativamente suelen hablar del tópico—. Es más, para él ni siquiera tiene que estar forzosamente relacionado con la preferencia sexual de una persona, sino es meramente una cuestión de género: “Nacimos con el sexo masculino, pero nos gusta construir la forma femenina”.

Para la psicoloanalista Liliana Sánchez Quiroz, el travestismo suele ser una consecuencia de personas que han vivido una ausencia total de la figura paterna, teniendo como único eje a la madre, la cual será el objeto de deseo e idealización de su propia vida.

En sus propias palabras, “la mujer se presenta como la parte fuerte y entonces el hijo tiende a imitarla. Hay una simbiosis con la figura materna, a la vez que hay una culpa hacia la sexualidad masculina y una agresividad suprimida al padre. Estos individuos pueden llegar a simbiosis casi psicóticas en las que pueden inclusive tratar de cortarse el pene”.

Se visten para ser “vistas”
Se visten para ser “vistas”, para no pasar “desapercibidas” en un intento de fundirse a la larga con el resto de la sociedad. Actualmente se consideran un sector de la población invisible, a pesar de sus usualmente llamativos atuendos, ya que consideran que Derechos Humanos les hace defensas muy tibias (cobardes, a palabras de Haana Berris). Las leyes simplemente no se detienen a plantearse una legislación en torno a la cuestión del travestismo y el transgénero.

“No se ha legislado al respecto”— corroboró la Dra. en Derecho Verónica Méndez Guido. Comentó que la única reforma a la Constitución que puede serle de interés a la comunidad “Lésbica Gay Travesti Transexual Bisexual” (reconocida por las siglas LGTTB) fue para el artículo segundo, que planteó “no discriminar a las personas por su género, religión, preferencias, etcétera, pero no se habla específicamente si alguien quisiera cambiar su sexo”.

El Código Civil se limita a puntualizar lo referente al cambio de nombre. Hay varios procedimientos para cambiar el nombre, pero ninguno que permita que en un acta de nacimiento se cambie el rubro de género. Aunque una persona pase de ser Juan a ser Juana, su género legal se considera masculino.

La Ley de Salud tampoco hace alusión al tipo de operaciones de cambio de género, que si bien pueden realizarse desde el siglo XIX como el caso de Lili Elbe, operado por Magnus Hirschfeld y el Dr. Warnekros en la Dresden Women ’s Clinic , no han sido causa de una legislación más dinámica que se ponga al día con las actividades de los sectores minoritarios de la sociedad.

“Para ser una minoría somos una gran minoría”, subrayó Haana Berris. Es complicado tener cifras de una actividad tan privada e íntima como el travestismo “de clóset”. En TV Mex han hecho el estimado de que cerca del 0.4% de la población se traviste o se ha travestido más allá de un juego, englobando en ese porcentaje a quienes lo hacen en la intimidad, a quienes son homosexuales, heterosexuales y a quienes lo hacen por exhibición y performance .

La Dra. Méndez Guido ilustró la problemática con el caso de la artista Libertad que era de género masculino, y se llamaba Armando Palomo. Al decidir cambiar su anatomía masculina por implantes que semejaran al cuerpo femenino eligió hacerlo fuera del país, “porque en otros países sí se tiene previsto esto (los cambios de género), se firman una serie de requerimientos en los que la persona se somete a tratamientos tanto psiquiátricos, psicológicos, antes de lo que es ya la cuestión quirúrgica en la que ya se va a hacer el cambio respectivo. Aquí todavía no se tiene bien establecido y bien preciso eso”.

Derechos Humanos para travestis
La Comisión de Derechos Humanos mostró una faceta más activa al prestarse como foro del Congreso 5to Encuentro Travesti, organizado por TV Mex el 12 de marzo de 2005. Pero no emitió ningún documento con respecto al congreso antes mencionado.

Los principios de Derechos Humanos, en concreto aquellos referentes a identidad, género y sexualidad, fueron dictados en la Declaración del 13avo. Congreso Mundial de Sexología de 1997, en Valencia, España. Dicha declaración fue revisada y aprobada por la Asamblea General de la Asociación Mundial de Sexología, en el 14 Congreso Mundial de Sexología, Hong Kong, República Popular China en 1999.

Esos derechos dictan la libertad de gozar de una vida sexual con respecto a los propios valores y a la toma de decisiones. Dentro de sus principios no hay alguno que mencione la libre expresión de la identidad genérica. La problemática del travesti en su gran parte es una cuestión de género, más que de sexualidad o de necesidades eróticas.

“Estoy totalmente de acuerdo que no se debe discriminar a una persona porque sea del género masculino y se crea mujer, y por consiguiente se vista como tal. Lo que no me parece es que traten de imponer eso al resto de la sociedad y se formen un estatus de privilegio, porque entonces los discriminados seríamos todos los demás. Y no se puede pretender detener una conducta discriminatoria imponiendo otra. No se vale.” — reflexionó el Dr. Jorge Traslosheros, experto en derechos Humanos.

Es imposible legislar específicamente para cada grupo minoritario, dicta la lógica del Derecho Natural, base de los Derechos Humanos, porque hacer un sistema que da estatus de privilegio a las minorías se dedicaría a discriminar al grueso de la población a favor de unos cuantos que estarían sometiendo a los demás.

Sin embargo, es una realidad que pasar de ser travesti a ser transexual presenta un problema de legislación importante que debe tomarse en cuenta, si se trata de una condición de estatus de privilegio. No porque no se legisle no se dan casos de cambio de género, puntualizó la Dra. Méndez Guido, pero ni siquiera la Ley de Convivencia que el PRD insiste en legislar se ha podido llevar a cabo. Menos aún se podrá dar un siguiente paso.

Si bien la ley pasa por alto a las personas transgénero, y los policías siguen infundiendo temor a los travestis, la verdadera discriminación no está en los círculos intelectuales, legislativos ni eclesiásticos, sino en la calle. La generalidad de las personas son quienes giran la cara o desvían la mirada cuando un travesti se acerca ataviado con peluca y todo por la calle. Más aún si transgrede las zonas de tolerancia y llega a entrar a un centro comercial o al supermercado como una ama de casa.

Tarde o temprano las estructuras deberán abrir espacios oficiales para deliberar en torno a temas como el del travestismo, que no por ser ignorados cesan de existir. Una vez que la Ley de Convivencia sea aprobada, el curso natural será legislar al respecto de las personas transgénero, aprovechando que hasta en la Iglesia católica se esperan cambios evolutivos al respecto de estos polémicos debates.

Publicado orginalmente en la revista Babel #3 de alumnos de la Licenciatura en Periodismo y Medios de Información.
Directora: Alejandra César Gil.
Reproducido bajo permiso de María Elena Meneses Rocha, responsable de la publicación.



Leer más: http://revistatrecho.com/2010/03/travestismo-para-la-identidad-no-basta-el-cuerpo/#ixzz0jp7o8vgo

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TRAVESTISMO, CUANDO EL PLACER SE DISFRAZA


Adriana Nolasco

A pesar de ser un tema polémico, la sociedad mexicana muestra ya cierta apertura hacia aquellos individuos que experimentan satisfacción al vestir o usar prendas del sexo opuesto, sean hombres o mujeres. De cualquier forma, prevalecen algunos tabúes que bien vale aclarar.

¿Cuál es la primera imagen que nos llega a la mente al oír la palabra travestismo? Tal vez recordemos personajes “arrebatados” como Francis, Doña Márgara Francisca, Supermana o la Beba Galván, o bien, aquellos que aparecen en películas como La jaula de las locas y Tootsie, o la mexicana El lugar sin límites, de Arturo Ripstein. También es probable pensar en homosexualidad y en calificativos como “la vestida”.

Sin embargo, la sociedad mexicana ha empezado a comprender, afortunadamente, que el travestismo no es una desviación o enfermedad mental y comienza a verlo como lo que es: una expresión más de la gran variedad de manifestaciones de la diversidad sexual.

De acuerdo con el Dr. David Barrios, quien es sexólogo clínico, “el travestismo es un rol de género cruzado, lo que significa que una persona utiliza la vestimenta, accesorios, manerismo y otros elementos que le corresponden al género opuesto, ya sea masculino o femenino, independientemente de su preferencia sexual. Esto significa que no es necesario que quien se traviste desee ser mujer (en el caso de los hombres) o varón (en el caso de ellas), sino que en la mayoría de los casos está a gusto con su género”.

Un ejemplo claro se presenta en la película Tacones lejanos, de Pedro Almodóvar: Miguel Bosé personifica a Juez Domínguez, un travesti que se encuentra tan a gusto con su género, que en una escena, aún con maquillaje, tiene un encuentro erótico con Rebeca, interpretada por Victoria Abril.

Rompiendo tabúes
Sin importar si el travestismo es ocasional o permanente, lo fundamental es quitarle la etiqueta de psicopatología, pues no es una enfermedad ni un trastorno mental. Así, en aras de romper mitos y despejar “telarañas”, bien vale hacer un repaso por algunos conceptos que engloban esta manifestación de la diversidad sexual:
1. Encuentro con lo femenino. De acuerdo con el Dr. David Barrios, también director del centro Caleidoscopía, espacio de cultura, terapia y salud sexual, la principal causa por la que alguien, generalmente un hombre, utiliza atuendos del género opuesto, es el simple placer erótico de vestirse y maquillarse como mujer. “Cabe decir que la gran mayoría de los travestis son heterosexuales, aunque los más notorios o los que vemos con mayor frecuencia son los hombres homosexuales”, apunta el terapeuta.

Otro motivo común es que el placer de usar vestimentas femeninas se convierte en una suerte de ginecofilia (atracción o deseo sexual por las mujeres con rasgos físicos muy desarrollados), la cual se entendería como una forma de admiración y deificación de la figura femenina.

2. Preferencia. Hasta hace unos años el travestismo era algo completamente oculto, de modo que “ardía Troya” cuando pareja, familia o amistades se enteraban de que un hombre tenía esta preferencia. De inmediato se pensaba que era un trastorno psiquiátrico o sinónimo de homosexual, pero esto ha empezado a cambiar: ahora los hombres heterosexuales que acuden a terapia por practicar el travestismo, al descubrir que su caso es sólo una manifestación de la diversidad sexual (no una transgresión a la moral o a la religión), cambian su perspectiva y disfrutan más.
3. Manifestación cultural. El que una persona travesti adopte vestimenta, accesorios y hábitos del género opuesto depende de los roles que existen para ambos sexos en cada cultura. En efecto, los atavíos asignados a mujeres y hombres varían en ciertas sociedades o épocas. ¿Quién no recuerda las grandes pelucas, maquillaje y botines que utilizaban los hombres en Francia y otras regiones de Europa durante la dinastía de los luises (siglos XVII y XVIII), los cuales no causaban revuelo alguno?

“En la historia de cada sociedad hay modos diferenciados para cada género; por ejemplo, en nuestra cultura el color, ornamentos, cosméticos y sofisticación se relacionan con la mujer, pero en otras tiene más que ver con el hombre. Muchas veces se concibe el travestismo como una transgresión a la normatividad, pero eso casi siempre es falso”, asevera Barrios.

4. Comunicación. En la actualidad existe más empatía (“ponerse en los zapatos del otro”), cooperación y condescendencia de la pareja de quien se traviste, al grado de que puede acompañarlo a hacer compras o prestarle ropa y accesorios. “Esto lo he podido constatar con las más de 500 historias de vida (psicológicas y sexológicas) que he analizado durante 25 años de práctica y que están relacionadas con el travestismo”, asegura el Dr. Barrios.

5. También las mujeres. A pesar de que la mayoría de los sexólogos no consideran que una mujer que se viste con ropa de hombre sea travesti (esto gracias a la revolución sexual de la década de 1960, cuando la mujer se entalló los pantalones como símbolo de rebeldía), esta tendencia existe, pues se estima que hay aproximadamente dos féminas travestis por cada diez hombres con dicha preferencia.

Además de adoptar vestimenta masculina, ellas agregan elementos como cabello corto y eliminan aretes, collares o maquillaje de su arreglo personal, sin dar concesión a la feminidad. Por cierto, una de las primeras mujeres en adoptar públicamente esta imagen fue la actriz y cantante alemana Marlene Dietrich, quien causó una revuelta en la década de 1930 debido a que en películas como El ángel azul y Marruecos transgredió los principios de la época al vestir de frac.

6. Para todos los gustos. De acuerdo con el Dr. Barrios, las personas que practican el travestismo pueden ser de orientación heterosexual u homosexual, pero también se les llega a clasificar según la duración del proceso: quienes se visten ocasionalmente con ropa del género opuesto y quienes lo hacen las 24 horas del día. Otra clasificación se da entre quienes erotizan el proceso y quienes no, de modo que experimentan placer, pero sin implicaciones erótico-sexuales.

Asimismo, aunque no es una condición que ocurra en todos los casos, “hay especialistas que sostienen que también existe el travestismo evolutivo gradual, donde en primer lugar hay un periodo de fetichismo (depositar el deseo en prendas del sexo contrario), luego viene uno de travestismo (se viste por completo y con amplio ajuar) y por último ocurre uno transgénero (cambio permanente)”, asevera el Dr. Barrios.

Unión e información hacen la fuerza
Cada vez son más comunes los clubes y asociaciones de personas relacionadas con esta preferencia, como Travestis México o el grupo Crisálida. “Antes estos clubes estaban escondidos, pero ahora cuentan con lugares donde intercambian experiencias e incluso se dan consejos sobre cómo vestir o caminar”, explica el especialista.


Travestismo, disfrazarse de otro sexo


El Travestismo es buscar tener la apariencia de alguien del sexo contrario al de uno. Hay que diferenciar este término de lo conocido como Transformismo, que consiste en vestirse como hombre o mujer como parte de su profesión, y que generalmente pertenecen al mundo de los artistas, y del de Transexual, que es aquel que ansía cambiar de sexo por sentir un rechazo total hacia su cuerpo y al género al que pertenece.

Al travesti le gusta la doble sexualidad, la ambigüedad, Y aunque generalmente se aplica a hombres que se visten de mujer, el caso contrario también puede darse y también se denominan de esta manera.

¿Qué es lo que mueve a alguien a querer disfrazarse de lo que no es?. Los expertos opinan que la causa primera es la insatisfacción plena con el sexo propio, la cual le lleva a experimentar también con el opuesto. Buscan, al meterse en el papel de un hombre o mujer sin serlo, encontrar el complemento que les haga sentir plenos. Es decir, que saben y aceptan lo que son biológicamente, pero no lo sienten como suficiente. Buscan además saltarse las normas sociales establecidas y no tener límites de ningún tipo, ni de comportamiento ni de vestimenta.

Por otra parte, pero relacionado con el travestismo, encontramos el Trasgénero. Este término se utiliza cuando el sujeto llega a realizar cambios en su cuerpo para tener aun más la apariencia del otro sexo, pero sin renegar del suyo propio. Se inyectan hormonas, se depilan completamente, (en el caso de los hombres), o acuden a la cirugía si lo creen necesario. Esto último no sería para un cambio de sexo, sólo para acercarse más físicamente a lo que buscan.

Sexualmente hablando, y contrariamente a lo que se suele pensar, los travestis no suelen ser homosexuales. Lo más común es que sean heterosexuales o, si acaso, bisexuales. Es un error generalizado pensar que por vestirse de mujer u hombre sin serlo, su inclinación sexual va dirigida a los de su mismo género biológico.

Entre los travestidos más famosos gracias a su profesión pública encontramos, por ejemplo, a George Sand, escritora francesa llamada en realidad Aurore Dupin a la que gustaba ir vestida de hombre, o a Boy George, cantante británico de Culture Club, que tuvieron un gran éxito internacional en los años 80.


Los chicos a que les gusta vestirse de mujeres:女装好きな男の子たち(Josô zukina otokonoko tachi)







Recientemente en Japón están aumentando los chicos con el carácter suave. Antes,en este país se decía que los chicos deben de ser fuerte,con pocas palabras,y con firmeza. Sin embargo,ahora las chicas son más fuerte que los chicos y,al contrario,a veces los chicos siguen a las chicas. Ellos se han nombrado como "草食系男子 Sôshokukei danshi(los chicos herbívoros)". No sé quién ha dado ese nombre,pero es muy acertado.

Y quizas es la influencia de ese fenómeno,que está aumentando el número de los chicos(o los hombres) a los que les gusta vestirse de mujer,hasta que hace pocos se ha publicado una revista especialmente para esos chicos. Ellos no son gays,sino solamente que les gusta disflazarse de mujer. Antes había un ambiente de que les trata como los seres desagradables,pero ahora salen muchos de ellos en la tele y creo que ya mucha gente no tiene la repugnancia ni el sentimiento de la discriminación a ellos. De verdad que muchos de ellos son muy guapas(¿guapos?)como las fotos. Se hacen las fiestas en que ellos se reunen frecuentemente. Me parece que es un tipo de cosplay,pero...verdaderamente son mucho más guapas que las chicas normales!!(@_@)






sábado, 13 de marzo de 2010

El rincon de Ingrid Islas








A once años de existencia, y con la experiencia de haber estado en Geocities varios años y uno más en este dominio, decido hoy modificar este sitio (una vez más) para hacerlo más óptimo y ligero para que más personas puedan tener acceso a ella.

Y, como ustedes son el motivo de la existencia de la misma, les pido que me escriban sus opiniones y sugerencias para que siga siendo una herramienta de utilidad para todos y cada uno de sus visitantes.

Gracias, de nuevo, por visitarlo y por ayudarme a construirla de este modo.




Todo sobre mi padre





El travestismo, la transexualidad y el transgénero 2da parte







El binomio hombre - mujer y la paradoja del género

http://itunes.apple.com/us/podcast/paradojas/id287523879

domingo, 7 de marzo de 2010

Original Drag King Mexico




Un Drag como lo interpreta un diccionario es: un performance, travestirse (usar las ropas del "sexo" contrario), supone un escenario (en la vida o en el club) y es definido antes que nada como una actuación. Independientemente de su relación con "la verdad genérica de sí", "to be in drag" implica un compromiso con la representación. Pero cabe señalar que no implica tener un compromiso, hay muchos Drag King que son meramente heterosexuales y su representación no implica su preferencia sexual, un Drag no revela su identidad como transgènero, un Drag no siempre revela lo que quiere ser, solo es diversión y exteriorizar extravagantemente las actitudes masculinas.

martes, 2 de marzo de 2010

Travestis México




Travestis México es un concepto que de forma organizada provee actividades, eventos y practicas vivenciales, tanto reales como virtuales en torno al Travestismo

Dirigido a Travestis, Transexuales, Vestidas, y en fin a toda aquella persona que este interesada en el tema del Travestismo.

En Travestis México encontraras elementos de autoayuda, de apoyo, de conocimiento, de interrelacion, de diversión, en un ambiente serio y amistoso.

Pretendemos ser una punto de encuentro, de enlace, de información,
donde cada persona pueda contribuir y experimentar en este maravilloso mundo del
travestismo, en donde no solo conviven personas Travestis, sino también sus parejas, familiares y amistades.

No importa tu preferencia sexual, en Travestis México no discriminamos a las personas por su preferencia sexual y no asociamos la preferencia sexual al travestismo.

Adicionalmente aquí encontraras amistades que te proporcionaran sus experiencias así como tips, de donde comprar, de donde ir.

Travestis México nació y surgió dentro de la inquietud de un grupo de personas que
necesitaban su espacio, un entorno donde reunirse, donde charlar, donde
expresarse y crecer en su travestismo, con un solo
objetivo, el Ser.

Nuestro Principio es:

"El buscar el respeto de las personas hacia el derecho de ser..

Aun siendo diferentes al vestirnos de acuerdo a nuestros gustos y deseos, y no por ello ser
discriminadas de forma alguna.
Queremos ayudar a personas a que experimenten su travestismo, que no se sientan reprimidas o excluidas.
En primera instancia somos seres humanos los que formamos esta organización y desarrollamos nuestro potencial femenino como expresión de nuestro ser intimo"

¡Hay que ser valiente y atreverse a conocerse mejor, lo cual es la aventura más
Difícil y hermosa que puede emprender una persona!
Hay que atreverse a SER.

Hanna Beris.


Te invitamos a colaborar, informarte, integrarte
a las actividades, reuniones, practicas, eventos, charlar, solo contáctanos.

Paolo Ballesteros Cross Dress



lunes, 1 de marzo de 2010

Zaira, Travesti con Clase




Mi nombre en el emocionante universo del travestismo es Zaira, de mi edad, prefiero catalogarme como una "madurita sexy". No soy una de esas chicas que suelen aparecer en internet, con largas piernas, minúsculas faldas y altísimos tacones, prefiero usar un look más conservador, del tipo ejecutivo puesto que vestida así; me siento cómoda y segura cuando ando por la calle. Soy travesti de closet porque practico este bello arte de ser mujer en secreto, pero soy travesti de calle porque me encanta enfundarme en pantimedias, subirme a los tacones y salir a dar la vuelta. Atención, eso no significa que ando cazando galanes o buscando aventuras. Me gusta ir al cine, atomar un café, o a meterme a un ciber . . . o simplemente salir a caminar. Para terminar con esta presentación hay algo muy importante: soy travesti, pero no soy homosexual. Eso significa que entre los motivos que me impulsan a usar falda y pantimedias, no esta el sexo, ni ha estado ni estará. Mi correo electrónico es: zaira_azari@yahoo.com.mx