miércoles, 31 de marzo de 2010

Travestismo, disfrazarse de otro sexo


El Travestismo es buscar tener la apariencia de alguien del sexo contrario al de uno. Hay que diferenciar este término de lo conocido como Transformismo, que consiste en vestirse como hombre o mujer como parte de su profesión, y que generalmente pertenecen al mundo de los artistas, y del de Transexual, que es aquel que ansía cambiar de sexo por sentir un rechazo total hacia su cuerpo y al género al que pertenece.

Al travesti le gusta la doble sexualidad, la ambigüedad, Y aunque generalmente se aplica a hombres que se visten de mujer, el caso contrario también puede darse y también se denominan de esta manera.

¿Qué es lo que mueve a alguien a querer disfrazarse de lo que no es?. Los expertos opinan que la causa primera es la insatisfacción plena con el sexo propio, la cual le lleva a experimentar también con el opuesto. Buscan, al meterse en el papel de un hombre o mujer sin serlo, encontrar el complemento que les haga sentir plenos. Es decir, que saben y aceptan lo que son biológicamente, pero no lo sienten como suficiente. Buscan además saltarse las normas sociales establecidas y no tener límites de ningún tipo, ni de comportamiento ni de vestimenta.

Por otra parte, pero relacionado con el travestismo, encontramos el Trasgénero. Este término se utiliza cuando el sujeto llega a realizar cambios en su cuerpo para tener aun más la apariencia del otro sexo, pero sin renegar del suyo propio. Se inyectan hormonas, se depilan completamente, (en el caso de los hombres), o acuden a la cirugía si lo creen necesario. Esto último no sería para un cambio de sexo, sólo para acercarse más físicamente a lo que buscan.

Sexualmente hablando, y contrariamente a lo que se suele pensar, los travestis no suelen ser homosexuales. Lo más común es que sean heterosexuales o, si acaso, bisexuales. Es un error generalizado pensar que por vestirse de mujer u hombre sin serlo, su inclinación sexual va dirigida a los de su mismo género biológico.

Entre los travestidos más famosos gracias a su profesión pública encontramos, por ejemplo, a George Sand, escritora francesa llamada en realidad Aurore Dupin a la que gustaba ir vestida de hombre, o a Boy George, cantante británico de Culture Club, que tuvieron un gran éxito internacional en los años 80.


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