Efe. Madrid.- - 05/07/2007
La polifacética artista transexual Roberta Marrero publica su segundo álbum como cantante bajo el título de Claroscuro, una colección de trece canciones con letristas como Nacho y Mario Canut, en la que se muestra "a veces luminosa, a veces oscura, pero siempre electrónica".
Convertida en uno de los personajes clave en la noche madrileña de la actualidad, Roberta Marrero es actriz, pinchadiscos, articulista y cantante, una faceta que estrenó con el disco A la vanguardia del peligroy que tiene su segunda entrega con "Claroscuro" , donde las referencias se mezclan y en el que, a pesar de no componer ninguna canción, siente que ha disfrutado de "un mayor poder de decisión".
Marrero, de origen canario, explica en una entrevista con EFE cómo el título de su nuevo trabajo le gustó "desde un principio" y, por ello, pensó incluir en el libreto del mismo imágenes del pintor tenebrista Caravaggio, aunque descartó la idea "por problemas de derechos".
Los contrastes del autor de La vocación de San Mateo se muestran en su disco, según la propia artista, entre canciones "para escuchar un viernes por la noche mientras te estás arreglando para salir", como En pie de guerra, y otras de ritmos más umbríos, como Humano, demasiado humano, que la artista cita entre sus favoritas.
Sin embargo, el sencillo extraído para la promoción de Claroscuro es El fin del microcosmos, producida, como todo el disco menos la versión que realiza de Estoy llorando por ti -con la que reivindica el 'bakalao'-, por Lucho Prósper y Mario García.
"Es la primera vez que producen, por lo que el sonido es inédito en España", explica, y en él reconoce la inspiración de Marlene Dietrich -"por hacer de sus limitaciones un estilo", dice- o ciertos ritmos de Depeche Mode o New Order.
Mientras todavía trabaja como DJ residente de las fiestas de El extraño vinilo, en Madrid, y habla de un proyecto cinematográfico fuera de España, Marrero reconoce que lo que le gusta de su labor como cantante es "la inmediatez" y "la posibilidad de poder reinterpretar tu trabajo ante el público en cada concierto".
Roberta, tras vivir durante una temporada en Londres, se instaló en Madrid gracias al éxito de su participación como actriz en la película de 2003 Descongélate, de Félix Sabroso y Dunia Ayaso, y pronto comenzó a introducirse en el círculo que forman artistas como Fangoria -que le invitó a su carroza en el último desfile del Orgullo Gay en Madrid-, La Prohibida o Juan Flahn.
Sin embargo, desdeña el concepto de 'removida madrileña' porque "no hay ningún manifiesto al que adscribirse" , y cree que en realidad ha pasado a referirse a "cuatro mamarrachas que se drogan por las noches" con las que no se siente "identificada" .
Marrero, que defiende la normalización de la transexualidad, reconoce que "mucha gente me ve más como un personaje que como una persona", pero prefiere ser ella misma y asumir que "no puedes controlar la visión que los demás se crean sobre ti".
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