Supuesto retrato de Edward Hyde, Lord Cornbury (1661-1723), futuro 3er Conde de Clarendon y Gobernador de Nueva York y de Nueva Jersey en nombre de su prima la Reina Ana I.
En 1701, sería designado Gobernador de Nueva York y de Nueva Jersey, lo que le obliga a abandonar Inglaterra y cruzar el Atlántico para asumir sus nuevas funciones en las colonias británicas del continente americano.
Su llegada a Nueva York sería sensacional, ya que Lord Cornbury aparecería ante los colonos totalmente vestido de mujer.
La excentricidad de Lord Cornbury y sus hábitos inmorales darían muchos motivos para que fuera tachado de corrupto y ladrón, siendo acusado de servirse de los fondos públicos para sus propios placeres, sin vergüenza alguna.
De su gusto por travestirse quedaría un retrato actualmente conservado en la Sociedad Histórica de Nueva York (EE.UU.).
En 1706, su esposa Lady Cornbury fallecería y sería cristianamente sepultada en la Trinity Church de Nueva York, tras haberle dado un único heredero varón, Edward (que fallecería antes que su padre), y una hija llamada Theodosia, futura esposa de John Bligh, 1er Conde de Darnley (antepasados directos del actor Cary Elwes).
Dos años después, en 1708, Londres le releva de su cargo de gobernador y le ordena que regrese a la metrópoli. Demasiados escándalos...
Eso no supondrá que Lord Cornbury cambie de hábitos: seguirá vistiéndose de mujer y gastando la dote de su difunta mujer en carísimos vestidos de seda y complementos.
Deudas, cárcel y misión diplomática
Al fallecer su padre en 1709, Lord Cornbury se convierte en el 3er Conde de Clarendon. Sin embargo, las grandes deudas dejadas por su progenitor, le llevan hasta los tribunales y, no disponiendo de medios ni de liquidez para compensar a los acreedores, le cuesta una sentencia desfavorable y el inmediato encarcelamiento.
Rehabilitado a duras penas gracias al favor de su prima la Reina, es, pese a todo, nombrado representante de Gran-Bretaña en Hannover en 1714, para saludar al Elector de Hannover como nuevo Rey de Gran-Bretaña e Irlanda, bajo el nombre de Jorge I, al fallecer la Reina Ana I.
Sería su última misión. Sin el favor de la Reina, ya fallecida, Lord Clarendon se debate en medio de graves problemas financieros, falleciendo arruinado, abandonado, aborrecido y finalmente ignorado por todos en su casa de Chelsea, el 23 de marzo de 1723. Su cuerpo recibiría una más que honorable sepultura dentro de la Abadía de Westminster, en Londres, el 5 de abril siguiente.
Su heredero, por llamarle así, fue su primo Henry Hyde, 2º Conde de Rochester, quien se convirtió en el 4º Conde de Clarendon en 1724, y fallecería a su vez sin descendencia 34 años más tarde, lo que supuso la extinción de todos sus títulos.
Mala fama
Lord Cornbury parece, a ojos de la posteridad, ser el peor ejemplo de la arrogancia de la aristocracia británica y de la imbecilidad intelectual indisociable a su casta, en su aspecto más negativo.
Posteriormente, sería calificado de "personaje degenerado y pervertido, que pasaba gran parte de su tiempo vestido y maquillado como una mujer", de "presumido, vano, lechuguino y derrochador"...
Le acusaron de apropiarse indebidamente de la suma de 1.500 Libras destinadas a la defensa del Puerto de Nueva York, y de aparecer pública e indecentemente travestido de mujer, paseando por las defensas del puerto riéndose sardónicamente de la suerte de sus víctimas.
En oposición a sus detractores coetáneos, la escritora Patricia Bonomi rebatió muchas de las acusaciones de sus enemigos, poniendo en evidencia la falta de pruebas contundentes contra Lord Cornbury. Argumenta, además, la supuesta probabilidad que el gobernador de Nueva York tan solo se vestía una vez al mes, cada año, de mujer figurando ser la Reina Ana I, dado que él era el representante legal de la soberana en la colonia y gobernaba en su nombre.
Sin embargo, Bonomi pone en duda esa costumbre de Lord Cornbury y señala que la única evidencia reside en un retrato que, presumiblemente, representa al gobernador travestido de mujer, y actualmente conservado en la New York Historical Society. Pese a la leyenda, no se han encontrado pruebas suficientes que confirmen quién es el personaje pintado, ya que el lienzo de inicios del siglo XVIII carece de inscripciones...
En cuanto a la acusación de apropiación indebida, solo existen diversas cartas escritas por sus enemigos entre 1707 y 1709, en las que además se habla de rumores y no de hechos. Por tanto, P. Bonomi da por cuestionables las acusaciones vertidas contra él.
En cualquier caso, Lord Cornbury permanece en la Historia como el peor y más aborrecido gobernador real de los estados de Nueva York y Nueva Jersey.
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