La Corte Suprema ordenó que las travestis, al ser ciudadanas paquistaníes iguales a todos los demás, también tienen derecho a los beneficios de los programas de asistencia financiera de los gobiernos federal y provinciales, así como del Programa Benazir de Apoyo a los Ingresos.
“Son ciudadanas paquistaníes y gozan de la misma protección que garantiza el Artículo Cuarto (derechos de los individuos que la ley ordena proteger) y el Artículo Noveno (seguridad personal) de la Constitución”, fue el veredicto dado a conocer el martes pasado por un tribunal formado por los jueces Muhammad Chaudhry, Muhammad Sair Ali y S Khawaja .
El tribunal había acogido favorablemente la petición que pedía la creación de una comisión para emancipar a los “hombres afeminados” o “hijras” —término local con el que se denominan a sí mismas— a quienes la sociedad aísla sin que sean culpables de nada.
El jurista islámico Mohammad Aslam Khaki, que investigó las condiciones en que viven estas personas que entretienen pero también son despreciadas, descubrió que se trata del segmento social más oprimido y sometido a privaciones, más sujeto a humillaciones y acoso. Fue él quien presentó la petición por el bienestar de las travestis a quienes la sociedad sólo permite ganarse la vida mendigando, danzando y prostituyéndose.
El Dr. Khaki se convirtió en defensor de esta causa luego de que la policía hiciera una razzia y detuviera a varias travestis en Taxila (un sub-distrito cercano a la capital del país, Islamabad) recientemente, argumentando frente al tribunal que dado el que estado paquistaní es un estado de bienestar, el gobierno tenía la responsabilidad de cuidar de esta comunidad. Dijo también que (el famoso director de cine) Shoaib Mansur, creador de la exitosa película “Khuda ke Liye”, estaba planeando filmar una película para denunciar las miserables condiciones de vida de estas personas.
Durante el juicio, las travestis Rup y Shazia así como otras representantes de su comunidad, se presentaron como testigos y narraron detalles espeluznantes acerca del maltrato a que las someten la sociedad, la policía y los gángsters, debido a su difícil situación económica, causada especialmente por el hecho de que sus padres y sus hermanos no las aceptan como parte de la familia.
“Haberme presentado hoy frente al tribunal me puede costar la vida”, temió Shazia, agregando que estaba recibiendo amenazas de distintos sectores. “Una vez me hicieron acusaciones falsas y luego la policía me sometió a tortura sexual mientras me tuvo detenida”, acusó.
El tribunal pidió a los gobiernos federal y provinciales que las ayuden a superar sus dificultades financieras apoyándolas con programas como el ya mencionado BISP, el Baitul Mal o los programas provinciales de apoyo para que puedan optar por ganarse la vida en forma respetable.
El tribunal también pidió al peticionante que negociara con las organizaciones no gubernamentales que trabajan en problemáticas sociales para que crearan programas de ayuda social para travestis.
El fallo también pide a los departamentos de bienestar social de los gobiernos provinciales que presenten propuestas para mejorar la situación de estas personas, aliviando sus desdichas y dificultades.
Para protegerlas de los malhechores, el fallo ordenó a las fuerzas encargadas del cumplimento de la ley que brinden seguridad a estas personas para que no se les violen sus derechos. También pidió que las autoridades policiales actúen contra los agentes delincuentes que hostigan a las travestis.
El tribunal dio instrucciones a los departamentos de bienestar social de las provincias para que lleven a cabo una encuesta y un registro de travestis para salvarlas de una vida signada por la vergüenza.
Tanto el peticionante como las travestis presentes en el tribunal dijeron que estas últimas se veían obligadas a llevar una vida inmoral ofreciéndose como bailarinas o prostitutas, y que también se veían obligadas a pagar sobornos muy elevados a los autodenominados gurúes travestis o a la policía.
“En ningún lugar la sociedad nos acepta; en todas partes nos degradan y nos humillan”, dijeron Rup y Shazia.
El tribunal resaltó que por tratarse de musulmanas así como seres humanos, los padres de estas criaturas confusas en cuanto a su género deben cuidarlas sin discriminació n alguna pero, en cambio —se lamentó— lo que hacen es arrojarlas a la calle para que sufran por el resto de su vida.
Para AG Magazine Info de Marcelo Ferreyra
Traducción: Mulabi
Traducción: Mulabi
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